domingo, 21 de febrero de 2021

Leonora (Elena Poniatowska)

 



Me resulta complicado hablar de este libro porque es peculiar, difícil quizá de clasificar. Poniatowska es una escritora mexicana nacida en Francia, también periodista, que ha escrito además de ésta otras novelas en las que muestra la vida de alguna mujer reconocida. 
El caso es que la novela no es exactamente su biografía -la de Leonora Carrington-, sino más bien su personalidad, su mundo, y en cierto modo es como si lo que le acontece solo sirva para destacar su modo de ser. La propia autora, en una especie de epílogo, manifiesta haber compartido no pocas comidas con Leonora y haber conocido a algunas de las personas que fueron importantes en su vida. Añade que más bien se trata de una especie de narración libre con la que no pretende mostrar con pelos, señales y fidelidad exacta sus avatares. 
Debería haber empezado por decir que Leonora Carrington, fallecida en 2011, fue una pintora y escritora inglesa cuyo espíritu rebelde y singular perspectiva de la existencia la hizo vivir su vida con gran independencia en unos aspectos y cuya dificultad para estar sola, para comprender sus angustias, la hizo en cambio dependiente de los demás. Tuvo una estrecha relación con Max Ernst, conoció a Salvador Dalí, Marcel Duchamp, Joan Miró, André Breton, Pablo Picasso... y los acontecimientos históricos de la primera mitad del siglo XX influyeron en todos ellos, en su necesidad de huir, de acompañarse, de buscar residencia. 
Si he dicho que me resulta difícil hablar de esta novela es porque, por una parte, aunque sin prisa, la he leído disfrutándola en general bastante. Opino que el encanto principal del texto reside en la aparentemente sencilla y, aunque suene obvio, literaria manera que Poniatowska tiene de acercar la singular manera de ser de la inglesa, y que en menos de cincuenta páginas queda perfectamente reflejada y puede cautivar al lector. Pero por otro lado, como este libro ni es del todo una biografía ni contiene como tal una trama que seguir, sino que es como una especie de despliegue de encanto narrativo en torno, repito, a la personalidad de Leonora Carrington, es probable que no pocos lectores, superadas esas cincuenta páginas simbólicas a las que me acabo de referir, y no digamos si leen mucho más allá, observen que sucede todo y nada, que la novela podría haber terminado cien páginas antes o después y poco habría importado. 
Por ello, no se me ocurriría lanzar una recomendación oficial sobre este título, pues no es el típico entretenido y "que engancha" en el sentido habitual / lectura de masas al que a veces nos acostumbramos, sino que posee un atractivo que reside en esencia en el modo en que está narrado. Eso sí, desde la máxima subjetividad, me alegro de haber hecho este descubrimiento y debo señalar que si esta escritora ofrece la misma capacidad narradora y descriptiva en sus demás títulos (y así debe de ser, pues se ha reconocido su trabajo en numerosas ocasiones), merece la pena dar una oportunidad a éste o a algún otro de sus libros.