viernes, 3 de abril de 2015

Cuaderno de Sarajevo (Juan Goytisolo)



El autor narra en el año 1993 algunas de sus sensaciones y experiencias al visitar Sarajevo en plena guerra, o asedio serbio. Su visión personal del duro día a día, en especial para los habitantes de la capital bosnia pero también para los propios informadores, viene bañada en una explicación general del momento y del increíble contexto europeo y mundial en que el conflicto se desarrolló.
Aparecen en las páginas otros personajes conocidos, como Gervasio Sánchez (que aporta fotos al libro) o Susan Sontag. 
Resulta increíble que, por las diversas razones que se comentan o quizá por otras, Sarajevo fuese abandonada a su horrible destino sin que el resto del planeta pareciese darle demasiada importancia, a pesar de las escabrosas imágenes que ofrecían las televisiones (y que se ven confirmadas por algunos relatos que aporta aquí Goytisolo). Ello, por cierto, me ha hecho pensar en que ahora las televisiones, que no hay que olvidar que tienen dueños, ofrecen unas imágenes de las guerras que ya no nos estropean las comidas o las cenas, que solo son en blanco y negro, poco nítidas, cuatro explosiones en un terreno aparentemente desértico… como un videojuego. Y como se decía en un libro que leí hace poco, todo narrado a idea mediante frases pasivas, como si en lugar de estar asesinando gente, estas muertes ocurrieran de modo involuntario por azar del destino.

Sarajevo fue una barbarie más, con parecidos con la hitleriana, y este libro permite recordarlo.

miércoles, 1 de abril de 2015

Abierto toda la noche (David Trueba)



Se trata de la primera novela escrita por Trueba y de la primera suya que me leo. Narra la convivencia y peripecias de una numerosa familia, los Belitre, allá por finales de los ochenta. Conviven el padre, la madre, seis hermanos y aparte aparecen los abuelos, novios, novias, amigos, terapeutas, albañiles… Si esta novela destaca por algo (seguramente, supongo, suceda con otras novelas de este autor) es por lo ágil que resulta su narración y lo fácilmente que nos sumerge en el mundo de los personajes. Precisamente en la contraportada se lee que “...arrastrando al lector en un imparable deseo de saber más, de estos personajes disparatados, divertidos y trágicos”, y no puedo estar más de acuerdo con la magia que tiene para atrapar.
En cuanto a lo disparatado de los personajes, a mí me ha costado darme cuenta de que, es cierto, las particularísimas características de muchos de los personajes son algo fuera de lo normal, algo exageradas si se quiere, quizá por mi habitual preferencia por textos creíbles y cabales. Sin embargo, lo extraordinario, lo improbablemente raro en muchos miembros de la familia no ha sido problema para que despertara en mí el interés por continuar la lectura, la cual recomiendo y me ha invitado a leer más de Trueba en próximas ocasiones. 
Por último, quisiera destacar las atinadas descripciones y observaciones, maduras y acertadas, que el casi anónimo narrador de la historia efectúa, que quizá me ha facilitado olvidar o ignorar sin querer lo disparatado, ya que todo está narrado con agilidad y aparente claridad y serenidad.