miércoles, 26 de junio de 2019

We have always lived in the castle (Shirley Jackson)


Título en español: Siempre hemos vivido en el castillo.

Esta novela fue escrita a mediados del siglo XX. Narra la historia de dos hermanas, Constance y Merricat, que viven con su tío en una mansión algo apartada del resto del pueblo y con escaso y desagradable contacto con los demás. Son vistos como bichos raros debido probablemente a que unos años antes alguien provocó la muerte por envenenamiento de varios miembros de la familia en esa misma casa. Desde entonces, tiran adelante ellas por su cuenta y cuidan de su tío, que sobrevivió al veneno pero quedó con secuelas físicas y mentales severas.
Se trata de un clásico de la novela de terror estadounidense, que destaca a Merricat como un personaje singular y muy bien definido. En torno a la página cuarenta yo decidí que la historia me aburría e hice un gran esfuerzo para terminarla por aquello de haber adquirido la novela en inglés y no tener mucho más de doscientas páginas. Más allá de lo que he contado, poco más sucede en la historia, salvo algún hecho que muestra lo dicho: que ellas viven a su aire, están bien en su mundo y no desean cambiarlo. Podría tener cuatrocientas páginas y haber seguido en el mismo tono monocorde: qué bien estamos en esta casa, Merricat, qué quieres comer querido tío, vamos a limpiar el dormitorio, voy a pasearme por el césped, y así. Hay poco más que una descripción constante de su mundo, que se me ha hecho pesada y cuesta arriba a más no poder, y lo poco que sucede es, como digo, para mostrar que lo que ellas desean es que nada ocurra. Es uno de estos libros en los que entras y te gusta ese pequeño mundo, o no entras y te hastías en breve.
Las críticas que podáis encontrar por ahí son prácticamente todas buenísimas. Será, una vez más, que cuando me encuentro con un texto extraordinario no soy capaz de valorarlo.
No descarto, de todos modos, leer algo de esta autora en un futuro, pues al parecer en esta novela se va a más a lo psicológico que al terror, y sin duda Jackson sabe describir y contar las cosas con detalle (hasta el aburrimiento en este libro, ya digo), así que aplicado al terror puede valer la pena. Probablemente mi rechazo se deba a que cuando una historia, sea libro o película, consiste en describir un mundo peculiar de reacciones que me parecen improbables, excesivamente peculiares y que difícilmente me resultan creíbles, mi interés decae casi de inmediato.

lunes, 17 de junio de 2019

No es para tanto (Víctor Moreno)



Título completo: No es para tanto. Divagaciones sobre la lectura.

El profesor y escritor Víctor Moreno ofrece en este libro una serie de reflexiones, de fondo serio pero a veces con un tono distendido y casi bromista, acerca de la lectura, la literatura, los profesores y familias que desean motivar a los niños a leer, y un largo etcétera de conceptos-satélite que rodean al acto y a las bondades lectores.
Aunque la intención de Moreno queda clara al leer unos pocas páginas, pues en el fondo se repite en sus argumentos e intenciones, se agradece toparse con un compendio de reflexiones como éste que pretende quitarle hierro al tema. Moreno considera que hay mucho mito en cuanto a la lectura se refiere: desde bienintencionados profesores y pedagogías, o escritores cuya vida y sentido solo parece fundamentarse en la literatura, hasta frases grandilocuentes que elevan a la categoría de exquisitez el hecho de abrir un libro como si ello nos fuese a proporcionar la más absoluta de las comprensiones del universo o autores que parecen insinuar que quienes no leen son poco más que asnos con vidas desgraciadas y anodinas.
Quizá esta lectura (a la que por cierto le sobran muchas comas innecesarias y confusas) me ha interesado y gustado porque, igual que sucede con el vino o la música clásica, hay quien toma la lectura como un mundo elevado que lo distingue del resto de la plebe y en el que merece la pena dárselas de experto. Sin ningunear ni quitar la importancia que se merece a los libros, me gusta que con estas líneas se intente relajar o relativizar la importancia imprescindible que el tema parece tener para cuestiones como considerarse culto, definir la categoría intelectual de una sociedad o incluso definir la profundidad de pensamiento de un individuo.

domingo, 2 de junio de 2019

Lo que te diré cuando te vuelva a ver (Albert Espinosa)




El protagonista nos habla de su vida, muy en particular de su padre, de su labor como buscador de niños perdidos y de algunos episodios de la relación entre ambos. Cuando comienza la narración, el padre ha fallecido, así que durante las páginas Izan nos habla de él y del último caso de desaparición en que estuvo interesado. Junto con uno de los niños perdidos, que envía páginas de su diario al padre para que la ayude a tener una vida normal, serán los tres protagonistas del libro.

Me resulta algo difícil describir con mayor precisión este texto, ya que al tratarse de una narración con afán reflexivo y de, quizá, crecimiento espiritual, es algo abstracta en sus intenciones y en su argumento, o simplemente, como digo, no me veo capaz de definirla y contarla con mejor orden. Me limitaré a decir que es el tercer libro de Espinosa que leo y que la sensación ha sido la de siempre: un modo estupendo de desoxidarse en cuanto a ritmo lector se refiere, pues está escrita en un estilo sencillo y muy ameno, con una historia que me ha interesado lo justo y que olvidaré en pocos días. Seguramente me agradan más sus libros más directamente autobiográficos.