miércoles, 26 de diciembre de 2012

El placer de jugar juntos.



Autor: Xesús R. Jares.
Este libro es una recopilación de juegos cooperativos, tanto recogidos como inventados por el autor, que puede resultar útil para maestros, monitores de tiempo libre, etc.
Se clasifican en juegos de presentación, de conocimiento, de afirmación, de confianza, de comunicación, de cooperación, de distensión y de paracaídas.
Aunque me han parecido a veces demasiado similares unos a otros, la parte buena es que a menudo son adecuados para todas las edades, incluso para la Etapa Infantil, y requieren materiales sencillos o ninguno.
No está mal, yo me he anotado los que me han parecido más curiosos y es posible que no sólo me sirvan para mejorar la relación entre mis alumnos sino también para, adaptándolos, reforzar aspectos como el vocabulario o la imaginación.

 

domingo, 16 de diciembre de 2012

Américo.



Título: Américo. El hombre que dio su nombre a un continente.
Autor: Felipe Fernández – Armesto.
En mi afán por convencerme y convencer, una vez más, del hecho de que la asignatura de Historia en las escuelas y la Historia fuera del ámbito de la enseñanza son dos mundos distintos, y que el primero me alejó del segundo, me propuse leer esta biografía de un señor cuyo nombre a todos nos suena: Américo Vespucio.
Como he dicho ya en algunas ocasiones, y seguramente diga mil más, me parece que la biografía es un género que merece la pena porque permite conocer no sólo los hechos en sí que componen la vida de tal o cual persona o personaje, sino su relación con el tiempo que le tocó vivir, lo cual aporta al lector un conocimiento mucho más rico y valioso que el que aparentemente vendría del mero hecho de saber algo más de la vida de un solo individuo.
En este caso, debo destacar que lo que más me ha sorprendido de la biografía, o más exactamente de la vida de Vespucio, es que no corresponde a la imagen que, superficial como era, tenía de él. No dirigió su vida tan apenas, cambió de profesión en varias ocasiones, buscaba la fama, era bastante embaucador y exageraba –imitando las narraciones de aventuras de la época- en los relatos de sus viajes, a veces hasta inventando el viaje en sí. Me ha parecido cómico encontrarme en una biografía con que el navegante terminó siéndolo un poco de rebote, sin tener mucha idea cuando embarcó, utilizando instrumentos de navegación que en realidad apenas le servían y afirmando cosas con una base escasa. Termina, además, uno descubriendo que se llevó durante un tiempo, en parte por culpa de quienes editaban sus relatos (que también metían morcillas de su propia cosecha en dichas narraciones), la inmerecida fama de haber tocado un nuevo continente antes que Colón (de quien copiaba idea para relatar sus viajes) y que ese honor, a pesar de que seguramente no le habrían faltado ganas, no lo buscó sino que fue fruto de publicaciones posteriores a su muerte que le nombraban el nuevo Ptolomeo.
Me quedo con estas palabras de las últimas páginas: “No estaba a la altura de ninguno de los ambiciosos papeles que adoptó. Era demasiado poco aplicado para ser diplomático, excesivamente imprudente para ser un gran mercader, demasiado incompetente para ser navegante y su ignorancia era excesiva para ser cosmógrafo.”
En fin, un placer descubrir que hay personajes

históricos tan inusuales, involuntariamente cómicos y

humanos. Me he animado a leer más cosas del estilo.

El mundo amarillo (Albert Espinosa).



Hace unos meses leí otro libro de este polifacético señor, del cual no dije cosas muy positivas, pues a menudo me molesta que alguien se crea con derecho a enseñarme a vivir.
En este libro, que esta vez no es novela sino una especie de legado vital tras su dura experiencia con el cáncer, largas estancias en hospitales, etc., vuelve a intentar lo mismo. Y mi sensación es parecida, aunque más positiva que la primera vez.
Si decidí volver a leer algo de Espinosa a pesar del primer sabor de boca es porque si algo hay que reconocer es que se lee con facilidad, quizá por su sencillo modo de explicarse, por los cortos capítulos o porque los consejos algo ñoños y románticos a veces apetecen. Y como a veces todos necesitamos leer cosas para pasar el rato, para que las páginas avancen sin problema, consideré acertadamente que eso me sucedería con El Mundo Amarillo.
Espinosa da primero veintitrés consejos que aprendió durante dicha complicada etapa de su vida. Después explica quiénes son los amarillos y qué características suelen reunir para que establezcamos esa especial relación con ellos y finalmente explica que hay hablar de la muerte con naturalidad y sin miedo.
Diré algo positivo y algo negativo del libro. Lo positivo es que hay algunas ideas bonitas, simpáticas, agradables, sin duda positivas, y seguro que si a uno le pillan en un momento sensible y receptivo podrá como mínimo soñar con las mismas y hasta llegar a poner alguna en práctica. Parece irrebatible que Espinosa ha de ser alguien muy agradable de trato y con una energía y positividad envidiables. Lo negativo, como ya explicaba al principio, es que irremediablemente me pone nervioso que me vengan a contar, o sugerir, cuáles son los trucos para ser más feliz y tener una vida más plena; no me parece mal que el tema surja entre amigos o en algún contexto determinado que ahora mismo no se me ocurre, pero sí que alguien decida que tiene esa capacidad y la haga pública al mundo como si estuviese en posesión de la verdad. Que Albert Espinosa haya podido experimentar situaciones que le hayan facilitado reflexionar más y mejor parece claro, pero en cierta medida todos tenemos nuestras experiencias y adoptamos la modesta actitud de guardárnoslas para nosotros o, a lo sumo, comentar nuestras ideas cuando el tema sale. Además, soy muy escéptico respecto al poder real de convencer a nadie sobre algunas cosas si uno no las experimenta por sí mismo.
En fin, que se lee bien.

lunes, 10 de diciembre de 2012

Voo 714 para Sidney (Hergé).


Título en español: Vuelo 714 para Sidney.
A estas alturas no me voy a dedicar a presentar un cómic tan archiconocido. Sólo me limitaré a decir que, de adulto, las aventuras de Tintín siguen siendo entretenidas y simpáticas (aunque me he encontrado con que la casualidad y la buena suerte son las que sacan de apuros al muchacho en algunos casos...). Ha sido mi primera lectura íntegra en portugués y por eso me ha hecho ilusión comentarlo y leerlo de principio a fin.

sábado, 8 de diciembre de 2012

Cómo acabar de una vez por todas con la cultura.


Autor: Woody Allen.
En este libro nos encontramos ante una recopilación de relatos que, en su mayoría, fueron publicados en su momento en la revista The New Yorker. Woody Allen ironiza sobre diversos temas, dando muestras de su vasta cultura y de su capacidad para sorprender con comentarios cómicos y esperpénticos que con frecuencia provocan la risa en sus películas.
Cada relato ataca a un aspecto más o menos serio de la cultura y su título comienza con “Para acabar con…”: la crítica freudiana, la Mafia, las memorias de guerra, la filosofía, las biografías, Ingmar Bergman, el ajedrez, los regímenes de bajas calorías, las revoluciones en Latinoaomérica, las novelas policíacas… entre otros.
Me parece innecesario explicar nada más, ya que sabéis perfectamente lo que os vais a encontrar. No soy de risa fácil y con este libro a veces me asombraba de poder encontrar golpes tan buenos en una misma página. Destacaría que esa mezcla de sabiduría cultural y humor tiene la curiosa consecuencia de que, si se combina la lectura de este libro con otro “normal”, “serio”, consigue que se necesiten unos minutos para entender que la seriedad de lo que se lee no va a ser, por desgracia, la antesala de otra salida absurda de tono.

viernes, 7 de diciembre de 2012

La ceremonia del porno.


Autor: Andrés Barba y Javier Montes.
Tenía desde hace siglos este libro pendiente por leer, esperándome en una estantería en casa, y por fin encontré el momento. No sé por qué lo compré, ya que no me considero un consumidor habitual de porno, entre otras cosas porque tengo la, quizá, rara costumbre de preferir a la gente vestida y ver a gente copulando me resulta más bien molesto.
Pero en fin, supuse que ver opiniones sobre el porno desde un punto de vista teórico podría resultar interesante y formativo. En este ensayo, que fue el XXXV Premio Anagrama de Ensayo, se habla de pornófilos y pornófobos, de qué es el porno y de qué no lo es, de dónde y cuándo se consume, de si el porno es arte, de su relación con el tabú y las prohibiciones, hasta de los diferentes puntos de vista sobre el mismo a lo largo de la Historia.
Si el tema os llama la atención, puede que la lectura de este ensayo os pueda gustar. Sin duda está escrito con conocimiento de causa, bien fundamentado, meditado, y aporta ideas e invita a reflexionar y a posicionarse respecto a un tema tan particular. Por todo ello, debo decir que ha merecido la pena leerlo.
Sin embargo, me ha parecido también que está redactado (o quizá no sea la forma sino el fondo, no lo sé) de un modo tal que abundan los párrafos tan farragosos, tan abstractos, que invitan a pensar una vez terminados: “¿Lo quéeee?”. A veces leo textos complicados y sobre temas no muy amenos, pero en este caso a veces lo ultraprofundo de las reflexiones me superaba, y me perdía totalmente en el sentido de lo que se estaba intentando decir.
Y hasta aquí puedo leer, o escribir. A ratos sentía que el libro merece la pena y a ratos he estado a punto de abandonarlo por confuso, farragoso y complicado. Decidid vosotros si el tema os interesa y, si queréis, pedídmelo antes de que lo done a alguna biblioteca pública, destino de buena parte de los libros propios que me leo. Eso sí, no hay dibujitos ni fotos, aviso.