sábado, 28 de julio de 2018

Inocencia trágica (Agatha Christie)


Título original: Ordeal by innocense.

De vez en cuando, cuando necesito ayuda para no dejar de leer, recupero alguna novela de la archiconocida autora británica, cuyo desenlace haya olvidado. 
Esta vez le ha tocado a esta novela, cuyo matiz diferenciador respecto a otras de Christie es que comienza cuando el asesinato ya se ha producido; de hecho, tuvo lugar más de dos años atrás. El acusado, Jack, miembro de la familia en la que tuvo lugar el crimen, pues mató a su madre adoptiva, fue condenado a cadena perpetua y falleció en prisión por enfermedad. Jack aseguró repetidamente que en el momento del asesinato él se encontraba yendo hacia cierta ciudad y no pudo cometer el crimen; pero tanto el motivo como el hecho de encontrársele dinero que queda identificado como el de la asesinada Mrs. Argyle resultan pruebas demasiado contundentes.
Pero todo empieza a removerse, y así comienzan estas páginas, cuando el doctor Arthur Calgary, que ha pasado años en una expedición en el Antártico y sufrido cierta conmoción cerebral que le impedía recobrar completamente su memoria, aparece en escena para indicar que fue él quien recogió a Jack el día del asesinato en su coche y por tanto prueba que el muchacho, al fin y al cabo, no era culpable.
Desde ese momento, evidentemente, en la casa todos vuelven a ser sospechosos y se miran de reojo unos a otros. ¿Quién será el culpable?
Novela típica de la autora, que se lee con interés aunque es lenta, y de desenlace simplemente correcto. Cumple sobradamente con su función de hacer pasar el rato y volví a sentir la tentación de mirar las últimas páginas antes de tiempo...

sábado, 14 de julio de 2018

Tinta rusa (Tatiana de Rosnay)



Título original: Russian ink.

Nicolas Duhamel se va a una isla italiana con su novia a disfrutar de unos días de relax de lujo en un selecto hotel, con el objetivo de cambiar de aires y comprobar si eso le ayuda a romper su falta de inspiración para comenzar la que debería ser su segunda novela. Se ha convertido en un escritor famosísimo con la primera, pero ha dedicado demasiado tiempo a disfrutar del éxito y ahora parece que retomar la labor de escribir le queda difícil.
La novela, para explicarlo de un modo sencillo, se divide entre los capítulos que se centran en el momento presente, y que cuentan la preocupación del escritor ante el folio en blanco y la incomodidad de haber ocultado su nulo progreso a familiares, amigos, editora... y aquellos que cuentan los momentos de su infancia marcados por el fallecimiento de su padre en un accidente y el descubrimiento posterior de que el padre de éste, es decir, su abuelo, solamente lo adoptó y su abuelo real es ruso. Fue todo esto lo que le sirvió de inspiración para escribir su exitoso libro.
Me parece muy meritorio escribir una novela explicando la vida, dificultades, alegrías y miedos de precisamente la labor de escribir y de cómo vivir el éxito. Eso es sin duda lo más interesante que estas páginas tienen. Sin embargo, a pesar de que está muy bien escrita, creo que el lector se acerca a una novela como ésta con la pretensión de pasar el rato y se topa con un texto lento, que da vueltas en general a lo mismo una y otra vez, y en la que, salvo algunos ratitos que permiten descubrir algunos datos del citado pasado ruso del escritor, no sucede prácticamente nada.
Es cierto que la he acabado, pues no cuesta demasiado leerla, pero cada vez que abría el libro de nuevo sentía que no había un gran motivo para continuar. Y en cualquier caso, el que podía haber era ajeno al propio texto, que es el hecho de que la autora, Tatiana de Rosnay, escribió La llave de Sarah, otra novela que, aunque es en esencia meramente entretenida y un éxito de ventas más, recomiendo porque contiene algunos momentos muy especiales que consiguen que el libro no se olvide. 

domingo, 8 de julio de 2018

Tus deseos te están esperando (Alicia Sánchez Pérez)



En este libro la autora nos cuenta, ni menos ni más, su experiencia personal en el uso de la visualización creativa. Hay muchos libros sobre este tema, y posiblemente éste no es ni el más completo ni el mejor; la razón por la que decidí leerlo es que encontré vídeos de ella contando en esencia lo mismo que en el libro y me pareció que me transmitía exactamente lo que ella trata de comunicar: que es una más, que no tiene una formación o estudios particulares en estos temas, que simplemente un día decidió comprobar si esto de la atracción y del proyectar los deseos era una zarandaja y le funcionó. Y a raíz de allí, su necesidad de transmitirlo, como es normal, creció a un ritmo exponencial.
Lo que ella vive es que teniendo claro lo que se desea, que tal cosa sea algo bueno, honesto y que sintamos de verdad que es lo que queremos, y siendo perseverante en la visualización, el universo irá actuando para que nos llegue. ¿Cuál es el problema principal? De partida, esta idea resultará una fumada insostenible para las mentes de muchas personas, por lo que no lo intentarán. Y para quienes estén más receptivos, muchos desistirán al poco de comenzar por no ver resultados, por sentirse ridículos intentándolo y porque, en definitiva, su mente negativa pesará más al final del día que las pocas sensaciones positivas que se hayan conseguido.
En el libro, Alicia explica la (muy sencilla) técnica, que es prácticamente sentido común, con la que ella visualiza, cómo decidir qué se desea y de qué modo ayudarse a ser constante y a acelerar el proceso de visualización. Da además numerosos ejemplos personales y de pacientes, por llamarlos así, que han asistido a sus talleres, que mágicamente han ido atrayendo "sin hacer nada", salvo visualizar, lo que semanas o meses antes era imposible para su mente, y en las condiciones que habían visto al visualizar.
Si no queréis leer, buscadla en internet y ved cualquiera de sus videos. Yo no, no he probado aún. Lo más maravilloso y horrible de proponerse intentarlo es que nos enfrenta con nosotros mismos: observar que no se sabe con certeza qué se quiere, o en qué condiciones, o si sería mejor probar con esto o con aquello, o ya lo haré mañana que ahora mismo no termino de animarme. ¡Y no animarse a intentar algo que a todas luces parece funcionar es para tirarse de los pelos!
Probaremos. A ver.   

viernes, 6 de julio de 2018

Memorias de una geisha (Arthur Golden)



Título original: Memoirs of a geisha.

En esta novela, la geisha Sayuri nos cuenta su vida desde que era una niña en un pequeño pueblo de Japón hasta que, fuera de ese entorno, aprende todo lo necesario para ser una geisha. Por el camino encontrará innumerables dificultades: estar lejos de la familia, adaptase a una ciudad nueva, soportar el duro aprendizaje, lidiar con las enemistades de otras geishas con quienes convive...
Eso es todo lo que estas cerca de setecientas páginas cuentan. Es una historia bastante lineal, sobre todo en su primera parte, que en mi opinión se hace un poquito larga ya que le cuesta comenzar a contar aquello que el lector seguramente desea: qué es una geisha, por qué una niña es formada para serlo y en qué consiste esta formación. Por lo demás, si se convirtió en un libro superventas es porque está narrado con amenidad, lujo de detalles y transmite sin olvidar nada todos los quebraderos de cabeza, alegrías y sufrimiento de la protagonista.
En algunos momentos de la novela he tenido la sensación de que no me importaba tanto en quién tenía interés la protagonista a nivel sentimental, o siquiera si decidiría entregarse a alguien o seguir siendo geisha, o no al menos tanto como para terminar una novela tan extensa. Bien es cierto que, sin pensarlo mucho, la historia consigue resultar atractiva y la parte final le da un poco más de unidad y coherencia. Así que, si todavía no la habéis leído, es el típico libro curioso y ameno que os mantendrá bastante entretenidos.