Título completo: Acoso y fuga. Con la CIA
en los talones.
Título original: On the run.
El autor cuenta, mediante una
biografía novelada –o la mera narración de una vida de novela, también se
podría decir- todo lo que le sucedió desde que en 1974 dejó de trabajar para la
CIA y se dedicó a comentar al mundo los verdaderos motivos de la existencia de
esta agencia y los métodos de que ésta se sirve para alcanzarlos.
Agee escribió otros libros en los
que prestaba una atención más directa a los hechos políticos, históricos, etc.
de los que tuvo conocimiento y en los que tuvo cierto rol principal al ser él,
como ex agente de la CIA, una persona idónea por conocer el funcionamiento de
la agencia y por tanto poder ayudar a destapar a quienes trabajan para ella en
multitud de países del planeta. En este libro, como he dicho, aunque también
ofrece multitud de ejemplos de este tipo, los cuenta en primera persona, tras
haberle propuesto hacerlo un editor conocido suyo y haber comprobado que cuando
daba conferencias por el mundo mucha gente se interesaba por su extraordinaria
vida más que por los hechos generales en sí en que intervino o que conocía.
Debo señalar que el libro es muy
extenso y excesivamente prolijo en detalles, lo cual hace de la interesantísima
lectura todo un alarde de paciencia y constancia si se desea completar. Por lo
demás, al menos para alguien con unos conocimientos básicos de la Historia con
mayúsculas, las innumerables afirmaciones del autor acerca de la CIA en centenares
de conocidos episodios históricos de, a su vez, infinidad de países me dejó
boquiabierto y, una vez más, preguntándome por qué estas cosas no salieron
nunca de la boca de mis profesores de Historia del instituto. Así, en estas
líneas podréis leer sobre Cuba, Nicaragua, Allende en Chile, varios países
africanos, Nixon, Reagan y un largo etcétera, así como de los incontables
escollos que la CIA regalaba a Agee para tratar de detener su tarea: anulación
injustificada de pasaportes, mentiras difundidas en los medios de comunicación,
seguimientos, expulsión de varios países, requerimiento de censura antes de la
publicación de sus libros, escuchas telefónicas...
Miedo da pensar, después de leer
Acoso y Fuga, la de tramas desconocidas que pueden estar desarrollándose,
teniendo como sede –por ejemplo- ciertas sedes diplomáticas, en cualquier parte
del mundo en la que se estime que los intereses neoliberales de los mandamases
estadounidenses empiezan a correr peligro.