Título de la edición española: El
cuento de la isla desconocida.
En un viaje a Portugal en el que
no pude participar porque las fechas de mis vacaciones son inamovibles, alguien
se acordó de traerme un detalle lusitano y fue este breve cuento del fallecido
escritor.
Narra la historia de un hombre
que decide acudir a palacio para pedir al rey un barco. Su misión es encontrar
una isla desconocida, a pesar de que se le dice reiteradamente que todas están
descubiertas.
Investigando a posteriori he
visto explicaciones profundas sobre esta narración; en mi opinión, es una
historia muy simple, previsible y que cuando se acaba apenas había comenzado.
Salvo el placer de leerlo en portugués, poco más me ha aportado. Queda en la
mano de quien lee estas líneas descubrir si llevo razón o si es que, citando a
Ernesto Sabato, “No debemos esperar encontrar, en un libro, un cuadro o un
sistema filosófico, más inteligencia o riqueza de espíritu que la que uno mismo
tiene”.
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