Título original: Let the devil sleep.
Este título es el tercero de una serie protagonizada por el policía retirado David Gurney. Más adelante citaré esos libros.
En este caso, Gurney se encuentra todavía convaleciente de su anterior y peligroso caso. Ello le ha provocado cierto estrés post-traumático cuya consecuencia principal es la desgana, la desilusión. Pero un día, una periodista que años antes escribió un gran artículo ensalzando su labor policial le pide el favor de que supervise la primera incursión de su hija Kim en el mundo televisivo, que consiste en retomar el caso del asesino en serie El buen pastor, caso sin resolver, y verlo desde el punto de vista de los familiares de las víctimas. Como el lector puede imaginar, el policía se implica con desgana de primeras pero cuando el tema sale a la luz en televisión comienzan a suceder cosas extrañas que aumentan la curiosidad de Gurney. Al parecer, El buen pastor va a hacer lo posible porque las cosas se queden como están.
A partir de ese momento, como en los libros anteriores, presenciaremos una investigación exhaustiva por parte del policía, continuas entrevistas con los familiares, hechos inexplicables que parecen provenir del asesino en serie y una atractiva disputa entre la investigación del FBI, ya congelada hace años, y las ideas alternativas del policía protagonista.
A partir de ese momento, como en los libros anteriores, presenciaremos una investigación exhaustiva por parte del policía, continuas entrevistas con los familiares, hechos inexplicables que parecen provenir del asesino en serie y una atractiva disputa entre la investigación del FBI, ya congelada hace años, y las ideas alternativas del policía protagonista.
Estas más de cuatrocientas páginas se leen con mucha facilidad; me habrá llevado unos cinco días y rara vez una lectura me atrapa de ese modo. Ése es el mérito principal de este título. John Verdon propone siempre, también en este caso, alguna trama paralela (sean dificultades matrimoniales del protagonista, problemas con su hijo, deseo de mejorar su comunicación en la familia, etc.) que consiguen que no decaiga el interés y estemos siempre entretenidos, a la par que humaniza enormemente a los personajes principales comunes a todos los títulos de la serie.
Sin embargo, de los tres que he leído, éste me ha parecido el menos interesante. Como dije, se lee muy a gusto y en ese sentido no decepciona; sin embargo, no hay un planteamiento particularmente original esta vez. En el primer título, Sé lo que estás pensando, todo comenzaba cuando alguien recibía una carta con un sobre dentro: fuera del sobre indicaba que se pensase un número y esa persona descubre atónita, al abrir el sobre interior, que el número es el que pensó antes de abrirlo. En el segundo libro, No abras los ojos, el lugar del asesinato que se investiga ha quedado grabado en cámara y sin embargo ninguna de las pistas llevan a buen puerto. Estas peculiaridades hacían que el interés de la trama tuviese un aliciente extra, un toque original, que en Deja en paz al diablo no existe, y nos encontramos simplemente con un asesino en serie. Por otra parte, aunque esto sé que es bastante subjetivo, el desenlace del libro, el "quién es el asesino", no es particularmente sorprendente o ingenioso, simplemente correcto.
Sin embargo, de los tres que he leído, éste me ha parecido el menos interesante. Como dije, se lee muy a gusto y en ese sentido no decepciona; sin embargo, no hay un planteamiento particularmente original esta vez. En el primer título, Sé lo que estás pensando, todo comenzaba cuando alguien recibía una carta con un sobre dentro: fuera del sobre indicaba que se pensase un número y esa persona descubre atónita, al abrir el sobre interior, que el número es el que pensó antes de abrirlo. En el segundo libro, No abras los ojos, el lugar del asesinato que se investiga ha quedado grabado en cámara y sin embargo ninguna de las pistas llevan a buen puerto. Estas peculiaridades hacían que el interés de la trama tuviese un aliciente extra, un toque original, que en Deja en paz al diablo no existe, y nos encontramos simplemente con un asesino en serie. Por otra parte, aunque esto sé que es bastante subjetivo, el desenlace del libro, el "quién es el asesino", no es particularmente sorprendente o ingenioso, simplemente correcto.
Pero en fin, como digo, engancha y eso es lo que cuenta cuando abrimos las páginas de un libro como éste.
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