martes, 28 de agosto de 2018

Vivir desde el corazón (Nirmala)



Tras un profundo despertar en India en 1998, Nirmala se ha dedicado a ofrecer satsang, es decir, algo así como poner a disposición de quien lo desee su conocimiento para mejorar su nivel de conciencia. En este libro nos invita, tal cual señala el título, a mirar las cosas ya no desde la mente como de costumbre sino desde el corazón, desde el amor que somos, y no tanto esperando encontrar el amor en lo que está fuera de nosotros, sea personas, objetos o experiencias. Esa idea de poner amor en las cosas desde nuestro interior hacia afuera, y no a la inversa, se repite constantemente en estas páginas. De continuo se sugieren reflexiones y ejercicios para tratar de cambiar la perspectiva y observar qué sucede.
A mí particularmente me da la sensación de que estas páginas encierran una sabiduría absoluta, una verdad total, solo que también siento que para llegar a observar y sobre todo sentir, valga la redundancia, lo que se indica en el texto es necesario o muy recomendable escucharlo de boca de alguien, ser guiado, porque si no es muy sencillo, como me ha sucedido a mí, agotarse del tono casi místico de la cantinela de mirar desde el corazón, hacer algún ejercicio y lograr quizá algún momento bonito pero después cansarse de ello en tres minutos y, por supuesto, ni por asomo conseguir trasladar esos consejos a la vida diaria.
A pesar de todo, sí que me ha ayudado, como digo con poco éxito por ahora pero algo es, a intentar cambiar la perspectiva y, al menos 
de vez en cuando, acordarme de las sugerencias que ofrece. 
Finalmente, debo decir que la edición es malísima; no estoy seguro de cuál es el idioma original en que fue escrito, pero hay continuos errores gramaticales y ortográficos en la traducción.
Si te llama la atención esta lectura, se puede encontrar gratuitamente en internet, ya que el propio autor así lo ha querido.

domingo, 19 de agosto de 2018

La librería ambulante (Christopher Morley)



Título original: Parnassus on wheels.

Este título es un clásico de la novela norteamericana del siglo XX, publicado en 1917. Yo lo desconocía, y al caer en mis manos me ha supuesto una agradable sorpresa.
Habla de Helen McGill, una mujer cuarentona y regordeta que se encarga casi sola de llevar su granja mientras su hermano apenas colabora, pues se dedica a escribir y ha sido reconocido por la reciente publicación de una novela. Un día el señor Mifflin se presenta en la granja cuando el hermano no está; le indica a la hermana que es a él a quien desea venderle El Parnaso, el carruaje-librería móvil que construyó con sus propias manos y que le ha permitido llevar la lectura por muchos pueblos. Enamorado de la literatura, desea que un buen escritor como Andrew prosiga con tamaña labor mientras él se retira a Brooklyn a escribir su primer libro. Helen decide repentinamente que está cansada de hacer siempre lo mismo y en un arrebato compra ella El Parnaso y abandona la granja antes de que su hermano regrese y se lo reproche.
Éste es el planteamiento inicial de la historia. Si me ha agradado la lectura ha sido, primero, por esas ganas de cambiar, de probar algo nuevo, de la protagonista, así como por los tranquilos y bonitos diálogos de la misma con el antiguo dueño de la librería ambulante mientras, cada uno con destinos diferentes, comparten asiento rodeados de libros. También por las numerosas referencias literarias del profesor-librero. ¿Qué será de la granjera, ahora librera? ¿Y se cumplirá el sueño del anterior dueño de la librería? ¿Será tan bonita la aventura como pensó Helen al principio o no, o puede que incluso mejor?
Lo cierto es que conforme nos acercamos al desenlace de la novela ésta se vuelve algo previsible y tópica y ese toque de ilusión y de buscar los sueños queda algo diluido. Pocas cosas suceden durante estas no demasiadas páginas, y me cuesta explicar bien por qué a pesar de todo recomiendo su lectura. Seguramente la clave resida en los dos protagonistas, cuyo encanto embelesa. 
Algo tiene, en fin,  para que, como comencé señalando, sea ya un clásico de la literatura norteamericana. 

miércoles, 15 de agosto de 2018

Deja en paz al diablo (John Verdon)



Título original: Let the devil sleep.

Este título es el tercero de una serie protagonizada por el policía retirado David Gurney. Más adelante citaré esos libros.
En este caso, Gurney se encuentra todavía convaleciente de su anterior y peligroso caso. Ello le ha provocado cierto estrés post-traumático cuya consecuencia principal es la desgana, la desilusión. Pero un día, una periodista que años antes escribió un gran artículo ensalzando su labor policial le pide el favor de que supervise la primera incursión de su hija Kim en el mundo televisivo, que consiste en retomar el caso del asesino en serie El buen pastor, caso sin resolver, y verlo desde el punto de vista de los familiares de las víctimas. Como el lector puede imaginar, el policía se implica con desgana de primeras pero cuando el tema sale a la luz en televisión comienzan a suceder cosas extrañas que aumentan la curiosidad de Gurney. Al parecer, El buen pastor va a hacer lo posible porque las cosas se queden como están.
A partir de ese momento, como en los libros anteriores, presenciaremos una investigación exhaustiva por parte del policía, continuas entrevistas con los familiares, hechos inexplicables que parecen provenir del asesino en serie y una atractiva disputa entre la investigación del FBI, ya congelada hace años, y las ideas alternativas del policía protagonista.
Estas más de cuatrocientas páginas se leen con mucha facilidad; me habrá llevado unos cinco días y rara vez una lectura me atrapa de ese modo. Ése es el mérito principal de este título. John Verdon propone siempre, también en este caso, alguna trama paralela (sean dificultades matrimoniales del protagonista, problemas con su hijo, deseo de mejorar su comunicación en la familia, etc.) que consiguen que no decaiga el interés y estemos siempre entretenidos, a la par que humaniza enormemente a los personajes principales comunes a todos los títulos de la serie.
Sin embargo, de los tres que he leído, éste me ha parecido el menos interesante. Como dije, se lee muy a gusto y en ese sentido no decepciona; sin embargo, no hay un planteamiento particularmente original esta vez. En el primer título, Sé lo que estás pensando, todo comenzaba cuando alguien recibía una carta con un sobre dentro: fuera del sobre indicaba que se pensase un número y esa persona descubre atónita, al abrir el sobre interior, que el número es el que pensó antes de abrirlo. En el segundo libro, No abras los ojos, el lugar del asesinato que se investiga ha quedado grabado en cámara y sin embargo ninguna de las pistas llevan a buen puerto. Estas peculiaridades hacían que el interés de la trama tuviese un aliciente extra, un toque original, que en Deja en paz al diablo no existe, y nos encontramos simplemente con un asesino en serie. Por otra parte, aunque esto sé que es bastante subjetivo, el desenlace del libro, el "quién es el asesino", no es particularmente sorprendente o ingenioso, simplemente correcto.
Pero en fin, como digo, engancha y eso es lo que cuenta cuando abrimos las páginas de un libro como éste.

viernes, 10 de agosto de 2018

La ternura del dragón (Ignacio Martínez de Pisón)



En esta novela se nos cuenta una temporada de la vida de Miguel, adolescente que cae enfermo y guarda cama en casa de sus abuelos mientras su madre, periodista, está ausente y lo visita esporádicamente. Las páginas se desarrollan en todo momento en casa de sus abuelos. Iremos conociendo poco a poco a los abuelos, algunas habitaciones misteriosas de la casa, a la criada, al médico, a un primo de Miguel...
Me entretendré poco y diré que la he terminado porque se leía con facilidad pero me ha interesado muy poco. Me da la sensación de que el interés del libro reside en intentar averiguar si el cambio de perspectiva acerca de los personajes es mera imaginación del muchacho o hay parte de cierto: ¿es el abuelo tan bueno como Miguel cree?, ¿y la abuela tan mala?, ¿realmente hay algo misterioso en esas habitaciones en las que no le está permitido entrar al muchacho?, ¿le tiene de verdad manía la criada?
Poco más que eso hay. A mí jamás me ha atraído un argumento que navegue entre lo que puede ser real y lo que no, esa especie de ambigüedad, de "oooooh, ¿pero se lo estará imaginando o no?" me aburre. Así que, y siento decirlo porque el escritor es de Zaragoza, como en su momento Carreteras secundarias tampoco me atrajo, descarto a este escritor de mi lista y en breve dejaré el libro donde lo encontré: en alguna vitrina de bookcrossing. 

miércoles, 8 de agosto de 2018

El lenguaje de los perros (Turid Rugaas)


Título en la edición inglesa: On talking terms with dogs: calm signals.

Este libro es de nada menos que del año 1987. En su momento debió de resultar bastante innovador, incluso ahora es probable que haya personas con perro que apenas se molesten o piensen siquiera en conocer cómo se comunican estos animales entre ellos, si bien es cierto que una mínima curiosidad queda saciada con facilidad mediante internet, a diferencia de en aquellos años.
Básicamente lo que propone la autora es la idea de que los perros cuando entran en contacto tienen muchas herramientas, o señales, de calma para que aquel que llega con miedo, agresividad o cualquier actitud no muy adecuada sepa que quien tiene enfrente va de buenas y solo desea jugar y llevarse bien. Dichos gestos también se efectúan hacia el humano, de modo que si los conocemos podremos responder a nuestras mascotas. Un ejemplo simpático es el de una perrita cuya familia Rugaas visitó y que tenía pavor al ruido del tren que pasaba frecuentemente junto a su casa; la perrita aprendió a sobrellevar bien el paso del tren gracias a que Rugaas indicó a su familia que bostezase y estirase los brazos (patas delanteras) cada vez que el tren pasase, como señal de calma.
Desconozco si este libro haya podido ser superado y mejorado desde su año de publicación, pero la información que contiene, aunque básica y escueta (apenas cuarenta páginas), es muy recomendable como modo de acercarse al mundo perruno.

lunes, 6 de agosto de 2018

The girl who beat ISIS (Andrea C. Hoffman)



Farida, nombre ficticio, vivía en las montañas del norte de Iraq con su familia en agosto de 2014. Nada hacía presagiar que ISIS tenía Kocho, su pueblo, como objetivo. Desde ese momento, comienza una dura historia donde, como protagonista o testigo, se sucederán amenazas, miedo, violaciones, asesinatos... y un largo etcétera que, como el título anticipa ("La chica que venció a ISIS" sería su traducción), en su caso terminó bien, dentro de lo que una historia así permite. 
En estas páginas encontramos, por tanto, un relato terriblemente real y directo de lo que ISIS es capaz de hacer para lograr sus objetivos. Poco más puedo añadir, ya que el libro cuenta de sobra todo lo que queramos saber, siempre desde un punto de vista más personal, humano, que histórico o periodístico.
Por lo que yo sé, no existe traducción al español, así que deberéis poner en marcha vuestras neuronas angloparlantes para acercaros a este increíble testimonio.