Me sorprende haberme decidido a tomar prestado de una biblioteca este libro, pues no me gusta mucho la figura de Juan Carlos I, en especial por el trato excesivamente benévolo que ha recibido por parte de los medios de comunicación españoles a pesar de sus múltiples errores.
Quizá me apeteció, que al fin y al cabo es el protagonista, permitirme conocer un poco más a Adolfo Suárez. En estas páginas encontraremos, de modo casi siempre cronológico, los momentos principales de la vida política del presidente, pero siempre teniendo presente su relación de amistad personal y política con el Rey. A raíz de lo que se cuenta, con pelos y señales, la compenetración y el entendimiento que había surgido entre ellos desde muchos años antes de la llegada de la democracia fueron fundamentales para que la confianza y lealtad que se profesaban sirviesen de soporte de acción política sólida.
Se lee con facilidad, el autor se detiene en fechas y nombres pero sin inundar al lector con demasiados datos, y cumple la función que uno espera de informar y además aportar una visión algo personal.
En cualquier caso, no puedo evitar coger un poco con pinzas todo lo leído, en particular el capítulo dedicado al intento de golpe de estado, pues en este país de no hables que es mejor dejar las cosas ya como están, tardaremos tiempo aún pero probablemente en el futuro descubriremos muchos detalles de nuestra Historia reciente que en el presente, desde las interesadas altas esferas, se consideran todavía secretos convenientes.
Quizá me apeteció, que al fin y al cabo es el protagonista, permitirme conocer un poco más a Adolfo Suárez. En estas páginas encontraremos, de modo casi siempre cronológico, los momentos principales de la vida política del presidente, pero siempre teniendo presente su relación de amistad personal y política con el Rey. A raíz de lo que se cuenta, con pelos y señales, la compenetración y el entendimiento que había surgido entre ellos desde muchos años antes de la llegada de la democracia fueron fundamentales para que la confianza y lealtad que se profesaban sirviesen de soporte de acción política sólida.
Se lee con facilidad, el autor se detiene en fechas y nombres pero sin inundar al lector con demasiados datos, y cumple la función que uno espera de informar y además aportar una visión algo personal.
En cualquier caso, no puedo evitar coger un poco con pinzas todo lo leído, en particular el capítulo dedicado al intento de golpe de estado, pues en este país de no hables que es mejor dejar las cosas ya como están, tardaremos tiempo aún pero probablemente en el futuro descubriremos muchos detalles de nuestra Historia reciente que en el presente, desde las interesadas altas esferas, se consideran todavía secretos convenientes.
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