Los autores, terapeutas de enfoque humanista y sistémico que residen en Barcelona, tratan en estas páginas un asunto muy concreto que por estadística puede afectar al diez por ciento de la población (si bien otra cosa es que lo sepan o que se abran a la posibilidad): la existencia de un gemelo evanescente, es decir, que durante el embarazo hubiera un gemelo o mellizo que, bien en el parto o durante la gestación, no continuase con vida. Muy a menudo esto sucede en las primeras semanas o meses, por lo que ni los médicos ni los padres lo llegan a saber; pero el feto guarda un recuerdo emocional del hecho y arrastra ese sentimiento de pérdida tras el nacimiento y en su vida posterior.
Si he mencionado que hay que estar predispuesto a una lectura como ésta es porque, salvo quienes tengan unas creencias religiosas férreas, en general tenemos la idea de que un feto, particularmente en los primeros meses de la gestación, es poco más que una cosa medio en formación que no se entera de nada. Los primeros capítulos, dedicados a lo prosaico y biológico, ofrecen relatos de médicos que van en una dirección bastante opuesta a la que he señalado. Por otro lado, vivimos en una sociedad en la que lo que se valora es lo racional (la memoria, la organización, el consciente), mientras que el inconsciente y lo emocional pueden llegar a considerarse ñoñadas, divagaciones de psicólogo venido a menos.
Entre otras cosas, se resaltan relatos de decenas de personas que, a raíz de haber descubierto que habían tenido un gemelo -o mellizo, o trillizo, o...- mediante la información proporcionada por alguna herramienta terapéutica (constelación familiar, reconexión con memorias prenatales, etc.), y pudiéndolo o no comprobar posteriormente con la información de la familia o médica, hablan de buscar a alguien similar durante toda la vida, tratar de encontrarlo en una pareja y sentirse desencantado, vivir con poca energía, tener una sensación eterna de poca conexión con el entorno y los demás...
Es de los primeros y los pocos libros escritos en español que abordan este tema. Si llega el momento en que pueda interesarte, te merecerá mucho la pena leerlo.
Si he mencionado que hay que estar predispuesto a una lectura como ésta es porque, salvo quienes tengan unas creencias religiosas férreas, en general tenemos la idea de que un feto, particularmente en los primeros meses de la gestación, es poco más que una cosa medio en formación que no se entera de nada. Los primeros capítulos, dedicados a lo prosaico y biológico, ofrecen relatos de médicos que van en una dirección bastante opuesta a la que he señalado. Por otro lado, vivimos en una sociedad en la que lo que se valora es lo racional (la memoria, la organización, el consciente), mientras que el inconsciente y lo emocional pueden llegar a considerarse ñoñadas, divagaciones de psicólogo venido a menos.
Entre otras cosas, se resaltan relatos de decenas de personas que, a raíz de haber descubierto que habían tenido un gemelo -o mellizo, o trillizo, o...- mediante la información proporcionada por alguna herramienta terapéutica (constelación familiar, reconexión con memorias prenatales, etc.), y pudiéndolo o no comprobar posteriormente con la información de la familia o médica, hablan de buscar a alguien similar durante toda la vida, tratar de encontrarlo en una pareja y sentirse desencantado, vivir con poca energía, tener una sensación eterna de poca conexión con el entorno y los demás...
Es de los primeros y los pocos libros escritos en español que abordan este tema. Si llega el momento en que pueda interesarte, te merecerá mucho la pena leerlo.
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