Hace unas semanas se dio una curiosa coincidencia. Había estado hablando por mensajes con un conocido de origen africano, que me indicó que no estaba en España, sino en Malabo, donde había ido para la boda de un familiar (y donde él o su familia nacieron, supongo). Indagué en qué país estaba esta ciudad, pues lamentablemente no lo sabía, y vi que era Guinea Ecuatorial, lo cual explicaba que cuando a este chico yo lo conocí siendo compañero de clase de mi hermano en su infancia, hablase español a la perfección y sin acento extranjero. Pues bien, me encontraba en una biblioteca cuando me topé con este título, que justamente contiene el nombre de la capital ecuatoguineana; me gustó esta sincronicidad y lo tomé prestado.
El autor nació en el citado país y estudió Filología Hispánica en Madrid. En los seis relatos que hallamos en estas páginas se nos muestran aspectos diversos de Malabo y en general de Guinea Ecuatorial: cómo es el día a día de las personas con pocos recursos, de qué manera se comunican y entienden el hombre y la mujer en una relación, qué expectativas hay a la hora de plantearse emigrar a Europa, cómo son los hospitales, qué atención se les presta a los curanderos y sacerdotes a la hora de sanar una enfermedad...
Ignoro en qué medida las historias que aquí se narran son un reflejo fiel, pero en caso de serlo, hay sin dudas diferencias claras respecto a las que un europeo medio vive cotidianamente. Los relatos se leen con facilidad y permiten conocer un poquito más un país unido por la Historia con España.
Ignoro en qué medida las historias que aquí se narran son un reflejo fiel, pero en caso de serlo, hay sin dudas diferencias claras respecto a las que un europeo medio vive cotidianamente. Los relatos se leen con facilidad y permiten conocer un poquito más un país unido por la Historia con España.
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