Título original: Ordeal by innocense.
De vez en cuando, cuando necesito ayuda para no dejar de leer, recupero alguna novela de la archiconocida autora británica, cuyo desenlace haya olvidado.
Esta vez le ha tocado a esta novela, cuyo matiz diferenciador respecto a otras de Christie es que comienza cuando el asesinato ya se ha producido; de hecho, tuvo lugar más de dos años atrás. El acusado, Jack, miembro de la familia en la que tuvo lugar el crimen, pues mató a su madre adoptiva, fue condenado a cadena perpetua y falleció en prisión por enfermedad. Jack aseguró repetidamente que en el momento del asesinato él se encontraba yendo hacia cierta ciudad y no pudo cometer el crimen; pero tanto el motivo como el hecho de encontrársele dinero que queda identificado como el de la asesinada Mrs. Argyle resultan pruebas demasiado contundentes.
Pero todo empieza a removerse, y así comienzan estas páginas, cuando el doctor Arthur Calgary, que ha pasado años en una expedición en el Antártico y sufrido cierta conmoción cerebral que le impedía recobrar completamente su memoria, aparece en escena para indicar que fue él quien recogió a Jack el día del asesinato en su coche y por tanto prueba que el muchacho, al fin y al cabo, no era culpable.
Desde ese momento, evidentemente, en la casa todos vuelven a ser sospechosos y se miran de reojo unos a otros. ¿Quién será el culpable?
Novela típica de la autora, que se lee con interés aunque es lenta, y de desenlace simplemente correcto. Cumple sobradamente con su función de hacer pasar el rato y volví a sentir la tentación de mirar las últimas páginas antes de tiempo...
Novela típica de la autora, que se lee con interés aunque es lenta, y de desenlace simplemente correcto. Cumple sobradamente con su función de hacer pasar el rato y volví a sentir la tentación de mirar las últimas páginas antes de tiempo...