miércoles, 31 de agosto de 2016

La casa de verano (Alfredo Gómez Cerdá)



“Carlos y Tomás van al mismo colegio y tienen un sueño común: ser escritores. Impulsados por su amor a la literatura, empiezan a frecuentar un grupo de teatro aficionado. Así conocen a Juli, que a partir de ese momento va descubriendo con ellos la amistad, la ilusión del primer amor y el compromiso por los demás, pero también la marginación, la pobreza y la incultura”. Así reza la contraportada de esta novela juvenil, y continúa pero me abstengo de agregar más pues ya empieza a contar demasiado, como por desgracia tiende a ocurrir.
Leí este libro con unos quince años y no me atrajo; ahora, con muchos más años, me ha atraído más, seguramente porque habla de los temas citados antes y es bastante reflexiva dentro de lo que cabe. En cualquier caso, me da la sensación de que, tal como me sucede a mí, resultará algo aburrida para los jóvenes y un poco flojita o simple para un adulto. Sin embargo, tiene su cierto encanto y, una vez más, me recuerda que es muy recomendable leer textos para jóvenes porque contienen más sustancia de la esperada. 

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