domingo, 24 de julio de 2016

Voces de Chernóbil (Svetlana Alexiévich)




Título original: Tchernobylskaia Molitva.

La escritora y periodista bielorrusa, que obtuvo el Premio Nobel de Literatura en 2015, recoge en este libro los relatos de muchísimas personas que han vivido, viven actualmente, la tragedia de Chernóbil de 1986 en la que estalló un reactor nuclear. Cada individuo, a veces un grupo de personas, deja su relato libre de los hechos o de sus sensaciones o de sus recuerdos o de sus miedos o de… y la autora titula cada uno comenzando siempre por “Monólogo de…” (“Monólogo junto a un pozo cegado”, “Monólogo acerca de la física, de la que todos estuvimos enamorados”, “Monólogo acerca de cómo en la vida las cosas terribles ocurren en silencio y de manera natural”, etc.).
Estos testimonios describen mejor que nada las dimensiones de lo sucedido. En un intento, a menudo infructuoso, de darle un sentido a Chernóbil, los individuos que prestan su voz en estas páginas hablan del día en que todo comenzó, de cómo era su vida antes, de los modos horribles de morir de los afectados, de la nula protección de quienes fueron llamados a limpiar el reactor y los pueblos afectados, de la mentalidad soviética acerca de la energía nuclear, de la comida contaminada, de… decenas y decenas de aspectos que sería muy trabajoso mencionar aquí y que atañen a muchos ámbitos: al personal, al político, al social, a la Unión Soviética, a la perestroika, a la ignorancia científica, al miedo a no obedecer, a los niños y su infancia…
Los testimonios son en cierto modo repetitivos, a la par que diferentes al mismo tiempo. No es frecuente que entren en detalles escabrosos (por ejemplo, las deformidades de los nacidos, las secuelas generales, etc.) pero en realidad no es necesario: por ejemplo, las descripciones de los pueblos con casas en buenas condiciones, de las personas continuando en otros pueblos sus vidas sin creer mucho en la radiación, de las órdenes de no tocar la hierba o de lavar las casas varias veces al día, de la belleza del paisaje a pesar de su contaminación… hablan con mucha más claridad que cualquier otra cosa. 

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