Título en la edición en español: Fluir.
Se trata de un libro de divulgación, que podríamos clasificar como de psicología, y que a pesar de estar escrito en la década de los noventa sigue plenamente vigente.
El autor habla del “flow” que sentimos cuando hacemos una actividad que nos agrada. Explica en qué ámbitos –al final todos- de la vida podemos encontrar ese agradable estado, qué hay que hacer para saber alcanzarlo, por qué a pesar de que estar sentado en un sofá nos realiza menos es lo que solemos hacer la mayor parte del tiempo, y en definitiva las características de la actitud necesaria para encontrar el modo de vivir con más plenitud lo que hacemos. Hay conclusiones sorprendentes, basadas todas –grosso modo- en el hecho de que a menudo las cosas dependen de cómo las vemos más que de las cosas en sí, como que uno puede disfrutar de un trabajo que para otros sería aburrido y mecánico, o no disfrutar de una actividad que aparentemente tiene toda la pinta de ser agradable.
No puedo explicar mejor el contenido del libro. Sólo puedo decir que merece muchísimo la pena, que no es en absoluto un libro de autoayuda y que es imposible leerlo sin aprender alguna cosa útil para nuestra vida diaria.
No puedo explicar mejor el contenido del libro. Sólo puedo decir que merece muchísimo la pena, que no es en absoluto un libro de autoayuda y que es imposible leerlo sin aprender alguna cosa útil para nuestra vida diaria.
Que luego lo aprendido lo pongamos en práctica depende de nosotros, claro. Porque si algo deja claro el autor es que hace falta un esfuerzo para lograr disfrutar de lo que se hace.
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