Título original: Mira and the Mahatma.
Kakar, escritor y psicoanalista indio recientemente fallecido, escribe esta novela que parece casi un pequeño reportaje y un fiel acercamiento a dos figuras: una la de Ghandi y la otra, que termina siendo la principal sin que el mahatma pierda protagonismo, es Madeline Slade (Mira), inglesa que en torno a los treinta años descubre a Ghandi mediante la lectura de una biografía y decide prepararse para vivir con el abogado indio en su ashram. En estas páginas, narradas a partir de la información que, mediante otros libros y cartas, se tiene de estas personas, asistiremos a la evolución de Mira, lo cual permitirá conocer la filosofía de su admirado mahatma desde un lado cotidiano y muy cercano.
Las tranquilas descripciones de la vida en los diferentes ashrams, de las preocupaciones de Ghandi, del infinito amor que Mira le tenía y del contexto histórico de esos años permiten sentir muy próximo el ambiente de ambos protagonistas de la narración, que a veces cuesta percibir como mera ficción debido al intento de ser fiel a los hechos reales. Esta lectura me resultó a veces un placentero ejercicio de quietud y meditación, así como una ventana a la confianza, a la paciencia y a la no violencia.
Kakar, escritor y psicoanalista indio recientemente fallecido, escribe esta novela que parece casi un pequeño reportaje y un fiel acercamiento a dos figuras: una la de Ghandi y la otra, que termina siendo la principal sin que el mahatma pierda protagonismo, es Madeline Slade (Mira), inglesa que en torno a los treinta años descubre a Ghandi mediante la lectura de una biografía y decide prepararse para vivir con el abogado indio en su ashram. En estas páginas, narradas a partir de la información que, mediante otros libros y cartas, se tiene de estas personas, asistiremos a la evolución de Mira, lo cual permitirá conocer la filosofía de su admirado mahatma desde un lado cotidiano y muy cercano.
Las tranquilas descripciones de la vida en los diferentes ashrams, de las preocupaciones de Ghandi, del infinito amor que Mira le tenía y del contexto histórico de esos años permiten sentir muy próximo el ambiente de ambos protagonistas de la narración, que a veces cuesta percibir como mera ficción debido al intento de ser fiel a los hechos reales. Esta lectura me resultó a veces un placentero ejercicio de quietud y meditación, así como una ventana a la confianza, a la paciencia y a la no violencia.
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