Encontré este libro en una biblioteca y, como sé que lo que este autor escribe se lee con facilidad, me animé a cogerlo prestado. En esta ocasión, Espinosa nos habla de soplos, que para él son inspiraciones, maneras de encontrarse un poco mejor. Así, por ejemplo, se sugiere reflexionar sobre personas y vivencias que sabemos que un día perderemos y qué podremos hacer para sobrellevarlo. disfrutar de las casualidades que a veces nos suceden, recordar películas, libros, cuadros... que sabemos que nos recargan y entusiasman, detectar quiénes nos aportan a nuestro alrededor y quiénes tratan de apagarnos porque no se alegran de nuestro bienestar, dosificar nuestra vida online... Todo ello contado, como siempre, con vocabulario y expresiones genuinos, que transmiten entusiasmo y alegría de vivir.
Una vez más, he disfrutado de su lectura a la par que en absoluto he sentido que el libro me aporte nada en concreto que me vaya a cambiar la vida. Espinosa ha sido capaz de extraer unas conclusiones a raíz de sus experiencias personales, o más que conclusiones enfoques sobre la vida y el día a día, que son sin duda maravillosos y que por eso son bonitos de leer, pero que probablemente son difícilmente aplicables así de repente para quien no está vibrando del mismo modo. En fin, que cada lector tome de él cuanto más pueda, ya que es una lectura optimista, y eso siempre es bienvenido.
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