domingo, 19 de abril de 2020

Las manzanas (Agatha Christie)



Título original: Hallowe´en party.

En estos momentos me encuentro leyendo dos libros en inglés, uno sobre política y economía y otro ficción, relatos, de bastantes páginas. Poco a poco me fui dando cuenta de que sacar adelante ambas lecturas me iba a costar mes y pico al menos, y decidí detener o moderar tales títulos para ponerme con algo más ligero. En definitiva, una vez más la señora Christie ha venido en mi ayuda para acelerar mis ganas de lectura.
Por enésima vez indico que hace ya muchos años que leí todos los títulos de misterio de doña Christie, así que escojo como relectura alguna de las novelas cuya trama y desenlace haya olvidado. En pocos minutos me decanté por ésta, cuya portada y título me llamaron la atención, así como el hecho de que el detective era Hércules Poirot.
Ariadne Oliver, una escritora de novelas de misterio que es el alter ego de Agatha Christie en varios de sus libros, se encuentra en Woodleigh Common, un pueblecito inglés a menos de una hora de Londres, alojándose en casa de la señora Butler, a quien conoció en un crucero. Oliver está participando en la organización de una fiesta de Halloween que se celebra en casa de la señora Drake. Muchos niños de hasta doce años participarán en diversas actividades: escobas decoradas, coger uvas de un pastel ardiente, ver rostros humanos en unos misteriosos espejos, coger manzanas con la boca que han sido depositadas en cubos de agua... Antes del comienzo de la fiesta, una de las niñas, ante el comentario que se le hace a la escritora Oliver sobre una de sus novelas, afirma haber presenciado una vez un crimen, y solo haber descubierto recientemente, siendo ya más mayor, que era un asesinato lo que había visto.
Bien pronto Oliver se pondrá en contacto con su amigo Hércules Poirot para requerir su ayuda, pues poco después de finalizada la fiesta, la chica que había afirmado tal cosa aparece con la cabeza dentro de uno de los cubos con manzanas y agua...
Lo que espera al lector es bien predecible en su estructura: entrevistas con todos los sospechosos, pistas que aparecen, investigación sobre posibles crímenes previos a los que la niña asesinada pudiera haberse referido... y quién sabe si algún asesinato más a lo largo de la novela.
Si bien la explicación de la identidad del asesino es algo farragosa o retorcida, es razonablemente satisfactoria, y por lo demás la novela entretiene con suma facilidad. Como es habitual en esta autora, algunos hechos terminan teniendo lecturas distintas a las que aparentaban.
¿Adivinarás quién es el asesino...?




lunes, 6 de abril de 2020

Origin (Dan Brown)



Título en la edición española: Origen.


Probablemente hablar de una novela de Dan Brown sea poco necesario, pues casi todo el mundo tiene ya una idea de lo que este escritor ofrece desde que se hizo mundialmente famoso con El código da Vinci. 
Si bien no suelo leer superventas, poseo una pequeña lista de escritores con los que hago una excepción, pues me entretienen, me atrapan aunque el libro sea extenso y me mantienen intrigado y con ganas de no dejarlo. Brown es uno de ellos, y aunque en este momento no era el caso, es un buen modo de reavivar el ritmo y el entusiasmo lectores cuando se está en momentos libreros bajos.
En esta ocasión, la premisa resulta sumamente atractiva. El eterno protagonista de este escritor, Robert Langdon, profesor de simbología e iconografía religiosa, asiste invitado al museo Guggenheim porque su ex alumno y millonario Edmond Kirsch ha organizado una presentación que se retransmitirá en vivo a todo el planeta y que parece facilitar las respuestas a preguntas eternas: ¿de dónde venimos?, ¿a dónde vamos?
Si bien no debo contar nada más para no estropear las primeras cien páginas ni lo que viene después, puedo indicar que aparecen personajes como el Príncipe Julián, su padre el rey de España, la prometida de Julián, el obispo Valdespino... y lugares como el citado Guggenheim o la Sagrada Familia.
Langdon y alguno de los personajes citados pasarán a formar parte de persecuciones, cuentas atrás para que el mensaje de Kirsch llegue en buenas condiciones a la audiencia mundial, intrigas para averiguar quién se halla ante ciertos extraños acontecimientos... En definitiva, encontraremos la misma historia de siempre de Brown, contada en su habitual estilo cinematográfico, en tiempo real, con varias acciones simultáneas, y con pequeñas sorpresas que obligan a permanecer pendiente de la página siguiente.
Mi valoración, habiendo dejado claro el mero afán de entretenerme con el que me acerco a este título, es bastante positiva, sobre todo en comparación con otros libros del estilo, pues cada fleco se resuelve de modo digno, el mensaje del millonario Kirsch es potente y, en pocas palabras, no decepciona con revelaciones a medias en su parte final como sí lo hacen clásicos del género estilo El Ocho.




jueves, 2 de abril de 2020

Ébano (Ryszard Kapuściński)




Título original: Heban, Czytelnik, Varsovia, 1998.

Este periodista polaco, mediante veintinueve relatos, cuenta sus aventuras personales mientras ejerce su labor en África entre los años 1957 y 1990. Estas aventuras, con toques literarios, describen su realidad subjetiva y al mismo tiempo transmiten lo que, es de suponer que con fidelidad a los hechos, encuentra en todos los países que visita en este continente.
No hay una intención de enseñar nada, de ser objetivo, sino de mostrar su experiencia, sus observaciones y sus reflexiones. Eso, nada menos y nada más, es lo que el lector podrá encontrar en este libro.
Mencionaré en primer lugar lo que menos me ha atraído, que es algo personal y en cierto modo evidente. Por sistema, suelo disfrutar bastante menos de los libros que contienen relatos y no una historia o argumento único que se desarrolla durante un buen número de páginas, como en una novela o un ensayo. Eso me sucede porque, como con Ébano, al ir por el relato decimosexto, no recuerdo apenas nada de la mayoría de los ya leídos ni desarrollo un, por llamarlo de algún modo, lazo afectivo pues cada relato, si bien tiene temas en común con otros, es independiente y muestra paisajes y personas distintos, salvo el protagonista o narrador, que por supuesto es el propio Kapuściński. De modo que cada vez que volvía a abrir estas páginas, lo hacía desde cierta pereza o entusiasmo leve.
Pero dicho esto, no puedo hacer sino recomendar Ébano. Si hay muchísimas personas que hablan de África como de un país, es porque existe un desconocimiento enorme del continente. De hecho, una de las muchas cosas que comprenderemos con estos relatos son los porqués de ese misterio, de ese ser difícil conocerlo, de África. Aliviaremos un poquito esa ignorancia, accederemos a pinceladas (con casi cero diálogo, por cierto) ricas en detalle, y observaremos cuán distintas pueden ser, en todos esos países -y en cada uno de ellos con su matiz-, la concepción de la vida, el tiempo, la felicidad, las necesidades básicas o la democracia.
Para leer despacito, con paciencia, y con ganas de aprender un poco.