El inspector Barraqueta,
acompañado de su ayudante López, investiga la escabrosa muerte de un poeta en
Zaragoza. Lo que parece un caso aislado pronto se revelará como una pesadilla.
En esta novela encontramos dos
ingredientes fundamentales. Por una parte, el inevitable misterio que rodea la
investigación y el deseo de descubrir la identidad del asesino lo antes posible,
lo que mantiene pegado a las páginas al lector. Por otro, la narración en
primera persona del inspector está repleta de detalles que muestran el cariño
dudoso que tiene hacia su profesión, así como sus defectos y virtudes como
profesional y como marido, yerno, etc. El conjunto se convierte en una novela
de fácil lectura que, al mostrar una cara tan pesimista y excesivamente cercana
del inspector, transmite la sensación de impotencia que en muchos momentos tratar de llegar a la solución del caso sin saber en qué dirección caminar debe de
generar.
El desenlace, para mí inesperado
y quizá algo precipitado, no deja mal sabor de boca.
Es una novela muy provocadora y descarada. Me lo pasé muy bien con ella,pues además tiene mucho humor. Sin embargo,la segunda novela de la serie Barraqueta, titulada El rock de la dulce Jane, aun es mejor,en realidad mucho mejor. A ver si saca la tercera.
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