Esta novela ha sido traducida a
más de diez idiomas, entre ellos el español, pero desconozco si con el mismo
título, aunque intuyo que sí.
Sus no demasiadas páginas hablan
de Celina, que se topa casualmente con Haruki, sienten algo especial y pocos días
después están viajando a Japón por un texto que él debe traducir.
Es una de esas novelas en las que
lo que acontece es interior, reflexión, pensamientos. Está escrita desde la
observación y la introspección, y un toque poético del que habitualmente
carezco, y más en estas semanas en las que he dormido de aquellas maneras y he
tenido escasas ganas de leer.
Quizá con una mejor disposición
le habría sabido ver su lado interesante. No siendo así, me limito a indicar
que la he leído porque así reavivaba un poco mi portugués y porque, aunque
leída en numerosos picotazos breves, el pequeño número de personajes facilitaba
seguir la trama; pero por lo demás, me encuentro muy lejos de osar recomendarla
a nadie.