La historia que cuenta la novela
transcurre en un solo día y comienza cuando un par de amigos, en el fondo uno
de ellos, decide en unos segundos robar un perro cuya dueña se ha despistado
con el objetivo de conseguir dinero al devolverlo. Enseguida lo que parecía un
plan efectivo y sencillo se complica. Se narra desde la perspectiva de uno de
los amigos, que lo escribe a posteriori por recomendación de su terapeuta, y los dueños del
perro. El lector conocerá en todo momento los pensamientos de los personajes,
especialmente en el caso del protagonista, el cual no solo muestra su opinión
acerca del improvisado plan sino también de su situación familiar y afectiva.
Durante casi la mitad de la
novela me pareció estar pobremente escrita –como el texto de quien ha probado
por primera vez a publicar algo-. Aunque no la recomiendo en absoluto, salvo si
os hace ilusión reconocer los diferentes lugares de Zaragoza que aparecen, al
principio es lenta e infructuosamente profunda pero una vez se llega a la
segunda mitad del texto éste se vuelve más ameno, toma mejor ritmo, y consigue
que queramos llegar al final para conocer el desenlace. Totalmente
intrascendente y prescindible, en cualquier caso.
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