Título en la edición en español:
Estupor y temblores.
La protagonista, de origen belga,
entra a trabajar a una empresa japonesa en la que, poco a poco, encuentra que
su modo de actuar no es bien recibido por sus jefes directos e indirectos y ve
degradado paulatinamente su puesto de trabajo al ser considerada de poca valía.
El lector puede ir viendo el modo de pensar y actuar de las empresas, jefes y
empleados japoneses y las diferencias con alguien occidental.
Personalmente, a pesar de que el
libro ha recibido buenas críticas, la historia que cuenta no me ha terminado de
convencer en ningún momento. Los personajes me han parecido algo increíbles, a
veces involuntariamente cómicos, y todo lo que sucede tiene lugar dentro de la
empresa, de modo que no hay ninguna historia paralela o complementaria a la de
la protagonista que aligere y amenice la única existente; de modo que se hace
todo algo pesado.
Hice bien en no leer la
contraportada del libro hasta que finalicé la lectura del libro, pues así
descubrí dos cosas: la primera, que reventaban totalmente lo que sucede hasta
prácticamente el final de la historia; y la segunda, que para mi sorpresa la
historia parece ser autobiográfica (de ahí, claro, que la protagonista se llame
Amélie), lo cual, a pesar de todo lo dicho, le dio un nuevo valor a la lectura
porque si la idea era mostrar las diferencias culturales, sin duda lo consigue.
No hay más que recordar que hace un momento dije que los personajes me parecían
algo increíbles y hasta cómicos.
En fin, es una lectura sencilla y
corta.
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