Título original: Vanity, vitality and virility.
El autor habla de diversas
sustancias que utilizamos con frecuencia: el aluminio, el litio, los
hidrocarburos poliméricos para los chicles… y cada sustancia o grupo de
sustancias está englobado en un capítulo, que puede ser por ejemplo el de la
mente y cómo hacemos para mejorarla o mantenerla (alzheimer, antidepresivos,
etc.).
El libro puede ser interesante
especialmente a modo de consulta, puesto que trata de acercar al lector al
mundo de la química y a relativizar o desmitificar ciertas cuestiones que a
menudo nacen del erróneo concepto de que todo lo natural es mejor que lo
modificado por el ser humano.
Puede que el libro,
efectivamente, contribuya activamente a quitar el miedo un poquito. Sin
embargo, ese intento queda empañado por un segundo objetivo del autor:
introducir al lector en el mundo de la química. He acabado saturado de leer
nombres larguísimos de compuestos, nombres que sólo concibo como entretenimiento
para trabalenguas y que no me han ayudado en absoluto a hacerme la química más
cercana y atractiva.
Quizá es inevitable que la
química sea algo abstrusa e inalcanzable: como digo, salvo a modo de consulta,
en líneas generales la lectura se me ha hecho bastante cuesta arriba.
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