miércoles, 17 de abril de 2013

Sueño profundo (Banana Yoshimoto).


Título original: 白河夜船
Introduciré este libro a través de una pequeña curiosidad personal. Y es que, como saben quienes me conocen, a veces me busco compañeros de viaje en el mundo internetiano, de modo que es en el propio aeropuerto donde veo en persona por primera vez a quien va a estar en algún país del globo conmigo durante algunos días. Se trata de una idea original, que funciona más frecuentemente de lo que pueda parecer.
Así me encontré este libro. Mi compañero de viaje mientras visitaba varias ciudades búlgaras lo andaba leyendo y una vez lo terminó me lo regaló. Como si estuviese en mi destino que de un modo tan rocambolesco terminase llegando a mí.
Inicié la lectura entre divertido (por el despiporrante nombre de la autora) y decepcionado (al descubrir que no era una sola historia sino tres relatos, lo cual me disgusta per se).
Los tres relatos, Sueño profundo, La noche y los viajeros de la noche y Una experiencia, tienen protagonistas distintos pero un punto –por lo menos- en común: encontrarse en un momento vital algo oscuro, con poco movimiento, y cómo la situación llega a cambiar.
Creo que debo leer una historia larga de Yoshimoto para terminar de decidir si me atrae su escritura o no, ya que las narraciones breves no me dejan meterme del todo en lo que leo y me cuesta ser positivo valorando aquello que no he tenido tiempo de creerme y vivir. Pero, por decir algo, opino que se trata de unos relatos escritos con cuidado, con cierto tono personal, suave, elegante y pausado, en los que muchas cosas suceden en el pensamiento más que en la acción.
Puede valer la pena atreverse con Sueño profundo, aunque, dicho sea de modo positivo, la desidia que en ocasiones viven los protagonistas puede hacer realidad en el lector las palabras que dan título al libro. Se trata, pues, de una lectura que va un poquito más allá del mero pasar el rato, pero que se lee con facilidad.
 



domingo, 7 de abril de 2013

La Casta (Daniel Montero)




Lo bueno y lo malo de este libro es que cuenta lo que promete en la portada.
Se dan incontables ejemplos de los gastos excesivos y en buena parte injustificados que esos ciudadanos especiales que llamamos políticos tienen para llevar a cabo su labor: coches oficiales y su uso incontrolado, retención fiscal baja, contratación de familiares como asistentes, deuda debido al gasto de los ayuntamientos…
Por otro lado, se tocan temas como la ausencia de una institución que controle el número real de políticos (de todos los niveles) que hay en nuestro país, los excesivos gastos del Congreso por navidad, las pensiones eternas y enormes que conocidos políticos disfrutan y disfrutarán…
En definitiva, ejemplos innumerables de cómo es imposible controlar a quienes nos controlan, sean del partido que sean, grande o pequeño.
El libro resulta sin duda recomendable. Encontraréis muestra tras muestra de despilfarro. Sin embargo, personalmente me habría gustado algo más que un mero reflejo de una realidad que más o menos los que estamos fuera de La Casta ya imaginábamos; quizá, por ejemplo, una propuesta de cambio, ideas para transformar lo que sólo a Ellos complace.