Con este libro he cambiado la
idea que tenía de la autora, cuya novela Melocotones helados me había dejado
tan frío como su título, hasta el punto de no terminarla.
En el presente libro habla de la
generación a la que las personas de mi edad pertenecemos. Lo que es, en mi
opinión, interesante es que no se limita a hablar de los mileuristas como
pobretes que trabajan por sueldos míseros, sino que habla de la generación en
todos sus aspectos: como herederos de la generación de los baby boomers, como
criados con pocos canales de televisión, como personas muy cualificadas…y
termina hablando de cuestiones tan diversas como la complicada búsqueda de la
emancipación, la denuncia de las generaciones previas de que somos unos vagos
comodones (y lo que hay de verdad en ello), la necesidad de ir al extranjero,
nuestro modo de consumir y de quejarnos, nuestros puntos de vista sobre la espiritualidad…
Acercarse a las páginas de este
libro supone para el lector mileurista toparse con una biografía muy cercana a
la propia, que suena a cosa conocida, a “esto yo lo he vivido”. Freire, entre
medias, lanza sus hipótesis, sus ideas, que parecen acertadas, y demuestra
haber investigado y reflexionado en profundidad acerca de toda una generación.
Merece la pena.