domingo, 30 de julio de 2023

El amigo Manso (Benito Pérez Galdós)

 



En esta novela el protagonista, al menos en el sentido de que es quien ejerce de narrador y nos comparte sus observaciones, es Máximo Manso, catedrático de Filosofía de unos treinta y cinco años cuya existencia tranquila se va viendo poco a poco alterada por diversos acontecimientos cotidianos: la llegada de su hermano desde las américas, ya casado y con hijos, el encargo de centrar al hijo de una conocida ejerciendo de su profesor privado, la vida social que con todo esto va ocupando más de su tiempo, y un cierto etcétera de personajes que sirven como excusa para, entre otras cosas, hablarnos de cómo lidiar con el amor, dónde encontrar la felicidad y de qué modo convendría que la sociedad prestase atención a lo verdaderamente importante y tuviese una base intelectual más sólida.
Dicho todo esto, si bien conforme me acercaba al último tercio de la novela, y en parte apremiado por el importante retraso que llevaba de cara a devolverlo a la biblioteca, fui fluyendo más en la lectura de estas páginas queriendo conocer cómo se desarrollaba la que termina siendo la trama principal (el protagonista y su modo de manejar su amor por una mujer), en líneas generales no se trata de un título que me haya llamado demasiado la atención. Como siempre, Galdós aprovecha la narración para lanzar opiniones y sugerencias sobre las personas y sobre la sociedad, y eso es siempre bienvenido y jugoso. Pero por lo demás, hay en general una sensación de que conforme se avanza en la lectura no se termina de saber muy bien qué es lo que se quiere contar o hacia dónde se encaminan las cosas. Me refiero no tanto a los temas que se tratan, que son preponderantemente la cultura, la política, el amor y otros que ya cité, sino a las idas y venidas de los personajes y la importancia que vayan a tener en la narración como tal. 
Por otro lado, ha habido pequeños detalles que me hacían difícil asociar lo que estaba leyendo a un autor como Galdós (y quizá ya los haya encontrado en otras de sus novelas pero no lo recuerde). Por ejemplo, unos capítulos muy breves; títulos para cada uno que a veces hacen de finalización de la oración con la que termina el capítulo anterior, o que indica lo primero que dice un personaje en el comienzo del siguiente. También podría señalar, quizá al hilo de ese no saber hacia dónde va la trama, muchos personajes secundarios que considero innecesarios o simplemente desaprovechados. No puedo dejar de señalar también como rara avis que Manso es creado en el primer capítulo, es decir, él se presenta a sí mismo como el producto de una charla previa entre el autor y, quizá, su alma, para acordar ejercer de personaje en esta historia.
Ya digo, características algo chocantes que no esperaba encontrar, para un texto que, teniendo características interesantes sin duda, me ha dejado ligeramente frío.




domingo, 23 de julio de 2023

Cenizas (Álvaro Ortiz)



Una vez más, leer cómic me aporta ratos de disfrute y entretenimiento que superan a las novelas. En este caso, el autor cuenta la historia de tres amigos, de por qué se reencuentran, y de un lugar misterioso al que deben acudir sin saber qué encontrarán en él. Por el camino surgirán inconvenientes y problemas inesperados.
No es que en líneas generales lo que sucede a lo largo de la trama sea lo más interesante del mundo. Pero está contado de una manera ágil, intercalado con pequeñas historias breves que no se sabe bien a qué vienen (aunque al final se entiende), y los personajes tienen vida. La lectura deja un buen sabor de boca, está concluida de un modo satisfactorio y se observa una estructura e idea general pensadas y trabajadas. Visualmente contiene trazos sencillos, colores escogidos según aquello que se narra y las diminutas viñetas que encontramos en buena parte de sus páginas siempre aportan algo; ante todo, repito, un buen ritmo que mantiene vivo el interés. Pequeño adelanto: un fallecido nada más comenzar y un misterioso mapa...

 

miércoles, 19 de julio de 2023

Almas rotas (Nikos Kazantzakis)

 



Título original: Σπασμένες Ψυχές

Tenía este libro desde hace algunas semanas esperándome a que lo abriese por fin, pues le tocaba enseguida ser devuelto a la correspondiente biblioteca. Si bien no lo recuerdo, imagino que en el momento en que decidí tomarlo prestado debí de quedarme fascinado con el texto de la contraportada y considerar que estaba ante una lectura increíble.
De cuando en cuando, y suele ser varias veces al año, me encuentro ante un título sobre el que se han escrito ríos de tinta de unicornio, llegando a parecer que uno no puede dejar esta vida sin posar sus ojos sobre él, y cuando lo leo me parece un truño infumable que no sabría apenas ni ponerme a describir.
La trama es inexistente. Orestis, el protagonista, da un discurso ante estudiantes del París de comienzos del siglo XX hablando de la sociedad del momento y propone un mundo distinto. Quienes lo escuchan se ríen de él, y eso da pie a que, a partir de la página treinta o así, el resto de la novela él, su novia y un amigo de ellos deambulen de aquí para allá sin caber en sí de pena, de desconexión con lo absurdo de la existencia de la mayoría de la sociedad, y todo son lloros, abrazos, infidelidades, pensamientos negativos, etc. No sucede nada más que eso, y el lector ha de encontrar en ello una profunda y exquisita reflexión que como, además, está repleta de múltiples referencias al arte y la cultura griegos, no se te vaya a ocurrir desdeñar o considerar aburrida. La novela fue publicada por entregas y en un momento determinado el autor quiso justificar el porqué de tanto pesimismo, así que escribió un texto para ello. Yo creo que se trata, en realidad, de un conjunto de suspiros depresivos con tres personajes que lloran y se refocilan en su tristeza sin que haya un avance hacia ningún sitio.
Como en estos momentos estivales dispongo de mucho tiempo y sentí una especie de curiosidad y morbo de ver cómo se pueden escribir más de doscientas páginas en las que nada sucede, en lugar de dejar la lectura al poco de empezar me propuse terminarlo. Algo que sé desde hace muchos años que es siempre una idea equivocada. 
Os propongo un reto: comenzad a leerlo y cuando llevéis unas cuarenta páginas -en el improbable caso de que resistáis hasta ese punto- me decís qué tal. El Cid en castellano antiguo resulta más excitante.
Menos mal que me dispongo a comenzar ahora una novelita con su trama, sus personajes y sus cositas normales.


 






viernes, 7 de julio de 2023

Así es la puta vida (Jordi Wild)



Me encontraba con ganas de leer algo ligero, que no fuese ficción, y recordé que de entre los libros que había tomado prestados en una biblioteca se encontraba este. En ese sentido ha sido una elección estupenda, pues lo he ido leyendo a ratitos, de manera sencilla y rápida, entreteniéndome (lo cual Wild señala como su principal objetivo) y en poco más de dos días.
Jordi Wild es youtuber y podcáster. No es alguien que siga ni que me llame la atención en particular, pero es cierto que desde hace unos meses veo de vez en cuando alguna de sus entrevistas en youtube. En cualquier caso, aprovecho para recomendar otros dos podcast (que de todos modos incluyen imagen, así que son simplemente entrevistas de toda la vida y de duración indeterminada habitualmente extensa): El sentido de la birra, y Lo que tú digas.
En estas páginas, Wild trata un tema distinto en cada capítulo. Por ejemplo, la falsa idea de que conseguir un éxito enorme en un sentido económico o de popularidad es sencillo, la depresión, el suicidio, la felicidad, la tendencia a criticar al otro fuera y dentro de la red... Son temas en general interesantes en los que no se llega a profundizar demasiado pero sobre los que se aportan algunas reflexiones, así como unas siempre pertinentes bibliografía y filmografía como anexos finales a cada uno de los asuntos tratados. 
Una manera entretenida de pensar un poco en temas importantes y acelerar el entusiasmo lector entre tantas pantallas.

 

miércoles, 5 de julio de 2023

El libro del hombre (Osho)


 

Título original: The book of men.

En este libro Osho habla del hombre y de la masculinidad desde los diferentes roles en los que se presenta y que, de hecho, dan nombre a cada uno de sus breves capítulos: el padre, el esclavo, el creador, el maestro... 
Si bien conforme avanzaba en la lectura me iba llamando menos la atención, en conjunto el autor realiza observaciones interesantes acerca de la manera habitual de comportarse en cada uno de esos papeles y establece matices y propuestas que merece la pena leer. Me agrada muy en particular la valentía con la que critica, como quien tira todo lo que hay sobre la mesa de un plumazo, aspectos tan variados como la religión, la política o los maestros de la enseñanza de que se trate. 
Aboga, al fin y al cabo, por la libertad individual, por vivir la vida en plenitud, sin dejase dominar por ideas y creencias antiguas, y por saber combinar el disfrute de la vida terrenal y la consciencia amplia para que la experiencia sea plena.