La autora realizó una labor de investigación acerca de personajes femeninos de todas las épocas cuya relevancia la Historia no hubiese destacado. A raíz de esto, tras una compleja selección, nos ofrece doce nombres -once mujeres y un hombre- que por diversos motivos ofrecen ejemplos de vidas de superación que no son muy conocidos.
Podemos citar, por ejemplo, a Mileva, la mujer de Einstein, cuyos conocimientos matemáticos y creatividad fueron fundamentales para la elaboración de la labor que habitualmente se asigna exclusivamente a su marido; o a Mannerl, que debió dejar aparcada su capacidad musical por ser mujer y dejarle todo el protagonismo a su hermano Amadeus Mozart, quien reconocía la superioridad de su hermana al piano.
Los doce capítulos, o las doce partes de este libro, comienzan anunciando el nombre de su protagonista, y la etiqueta con la que habitualmente se le conoce aparece tachada, en toda una justa y pertinente declaración de intenciones. Por ejemplo, "Mileva.Mujer de Einstein", o "Mannerl. Hermana de Amadeus Mozart". Posteriormente, se describe su vida, habitualmente ignorada por el lector y por la mayoría de la gente, y Luengo ofrece un poema inspirado en su vida o aportación y redacta un texto ofreciendo su punto de vista y buscando experiencias que le vienen a la mente. Todo ello dentro de una encuadernación de tapa dura bonita, con ilustraciones de Marta Waterme que hacen de este título una delicia para los sentidos, si se me permite esta manida expresión.
Tal como se señala en el prólogo, es una pena que un libro que simplemente busque la igualdad y muestre que ésta no se dio a lo largo de la Historia, como éste, sea necesario a día de hoy. Por eso mismo resulta altamente recomendable, incluso imprescindible, como otro granito de arena más para acercarse a la comprensión del verdadero significado del feminismo.
Podemos citar, por ejemplo, a Mileva, la mujer de Einstein, cuyos conocimientos matemáticos y creatividad fueron fundamentales para la elaboración de la labor que habitualmente se asigna exclusivamente a su marido; o a Mannerl, que debió dejar aparcada su capacidad musical por ser mujer y dejarle todo el protagonismo a su hermano Amadeus Mozart, quien reconocía la superioridad de su hermana al piano.
Los doce capítulos, o las doce partes de este libro, comienzan anunciando el nombre de su protagonista, y la etiqueta con la que habitualmente se le conoce aparece tachada, en toda una justa y pertinente declaración de intenciones. Por ejemplo, "Mileva.
Tal como se señala en el prólogo, es una pena que un libro que simplemente busque la igualdad y muestre que ésta no se dio a lo largo de la Historia, como éste, sea necesario a día de hoy. Por eso mismo resulta altamente recomendable, incluso imprescindible, como otro granito de arena más para acercarse a la comprensión del verdadero significado del feminismo.
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