viernes, 8 de marzo de 2019

Las leyes de nuestros padres (Scott Turow)



Título original: The laws of our fathers.

Se trata de la primera novela que leo de este escritor y desconozco si otros libros suyos poseen características similares; pero de ser así, afirmo desde ya que merece ser tenido bastante en cuenta.

En principio Turow narra un crimen y el posterior juicio al presunto culpable. Enseguida el lector descubre que, paralelamente a esta trama, los personajes que por un motivo u otro guardan relación con dicho acontecimiento judicial -bien por ser familiar del detenido, bien por ser la jueza, bien por...- se conocieron muchos años atrás, allá por los años sesenta (el momento presente son los noventa, pues esta novela ya tiene años). Así que, intercaladamente con el juicio, se describirán las vivencias de estos personajes y su relación con la lucha antirracial, las protestas contra Nixon y el envío de tropas a Vietnam, las consecuencias traumáticas de haber sido judío durante el exterminio nazi... 
En definitiva, lo que de primeras se presenta como una mera novela de abogados y fiscales, cuyo desarrollo mantiene el interés y hará la delicia de los amantes de las buenas argumentaciones ante un juez, se convierte sutilmente en un texto que radiografía bastante bien a los personajes que lo protagonizan y que permite mostrar hasta cierto punto las diferencias entre los años sesenta y la vida bien entrada la edad adulta, así como las consecuencias de las ideas de cada cual en sus hijos.
No me atrevo a afirmar con seguridad si la novela consigue tales propósitos, pero sí que al menos lo intenta, y me deja la impresión de que el escritor posee una gran inteligencia, capacidad de análisis y buena cultura. Alabo, va a ser la enésima vez que afirme esto, que un texto de ficción aspire a algo más que a entretener y quiera dibujar la sensación de una época, de unos años determinados, de un espíritu que se vivió, y lo que significó o queda de él. 

Una vez superadas las primeras setenta páginas, por decir un número, habremos conocido a los ocho o diez personajes fundamentales, aunque al principio cuesta un poquito orientarse. Llegaremos a conocerlos bien y a encariñarnos con al menos un par de ellos con toda seguridad. Sí cabe advertir que en esta edición la letra es sorprendentemente pequeña y estamos ante seiscientas páginas, así que estimo que serían ochocientas al menos con letra de tamaño habitual. Ahí lo dejo.

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