viernes, 6 de septiembre de 2013

Homo Globalis: en busca del buen gobierno.







Autor: Manuel Escudero.

Si por algo me parece importante la lectura durante toda la vida es porque considero que permite acceder de un modo directo y más reflexivo a cuestiones, ideas, pensamientos… que de otro modo sólo conoceremos si por suerte nuestros amigos o la sociedad en general se ha ido empapando de los mismos y/o tenemos la suerte de que la sociedad y los gobiernos las vayan dando a conocer. La lectura, además, nos sirve para fomentar la imaginación, ser creativos, etc. Pero no es ése es el caso, no al menos en lo que a ficción se refiere, de este libro. Aquí se habla de política y de cambios necesarios.

Escudero es socialista y, a raíz de su experiencia práctica en diversas organizaciones más o menos cercanas al mundo político, trata en este libro la necesidad de que la política, tal como funciona en la actualidad, dé un giro de ciento ochenta grados.

Si, como decía hace un momento, considero la lectura importante es porque he tenido la sensación de que lo que aquí se cuenta, explica y justifica requiere del formato del libro (extenso, reflexionado, justificado, ejemplificado) para calar en el receptor y ser bien comprendido. Es uno de estos libros que cualquier adulto debiera leer.

Cuesta resumir en unas pocas líneas la esencia de la argumentación, pero podría decir que Escudero estima que, dado el amplio conocimiento del ciudadano actual gracias a la globalización (y sus consecuencias positivas, como el intercambio rápido de conocimientos entre personas de todo el planeta), éste es consciente de que son necesarios cambios en diversos aspectos, de que el motor de estos cambios son los políticos y de que, según explica, se hace fundamental un cambio a un neorrepublicanismo que permita una democracia con mayor control por parte del ciudadano, que elimine desigualdades, que fomente (nunca exija) responsabilidad social, ecológica, económica, salarial… a las empresas más allá de sólo responder ante sus accionistas, que haya o se desarrollen mejor organizaciones internacionales  para lograr acuerdos ecológicos, económicos, políticos entre los países del mundo.

Dicho así, rápida y sucintamente, quizá no se perciba lo importante e interesante del libro. El autor lo explica con claridad y uno, al leerlo, se da cuenta de que, poco a poco, desde que nos empezamos a movilizar con temas como la guerra de Irak, el 11-M o el nunca máis, el homo globalis que cada uno de nosotros es ha determinado unos valores básicos que le hacen movilizarse sin apenas organización, motu propio.

Es muy recomendable. No dejéis de leerlo. Me quedo con una de las ideas que Escudero deja caer en estas páginas: si bien el homo globalis no es un activista a tiempo total, tiene claros una serie de valores básicos (como la no dominación o la mayor cercanía entre políticos y el ciudadano) y cuando éstos no se respetan, se organiza rápidamente para salir a la calle y manifestar su desacuerdo. Y esto, indica el autor, aunque a veces lo dudemos, está modificando y logrando cambios positivos entre los políticos y en organizaciones internacionales, que tarde o temprano deberán entender que no pueden continuar sin escucharnos.

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