lunes, 30 de agosto de 2021

Ajeno a la tierra (Richard Bach)

 



Título original: Stranger to the ground.

En esta novela se nos cuentan unas horas de vuelo de un piloto norteamericano que, en periodo de guerra, debe enviar unos importantes papeles desde Inglaterra hasta Francia. Comenzamos asistiendo al despegue y las páginas finalizarán, lo digo así para no estropear cómo acaba, cuando llegue a destino o bien cuando suceda algo que termine con su vuelo de alguna manera. Pero no solo se trata de eso. También conoceremos, mientras el piloto observa el cielo que tiene ante sí y atiende a los controles de su nave, su experiencia de vuelo, cómo se preparó, los peligros de volar, y un largo etcétera. 
Las reflexiones del piloto son continuas, pues de hecho el encanto de este texto -y quizá su mayor limitación de cara a resultar ameno- reside en conocer los miedos, esperanzas, sueños, disfrute... de alguien que decide volar y que además quiere hacerlo en vuelos no cómodos ni comerciales, sino de cierto riesgo. Y eso es todo, ni menos ni más. No hay diálogos, más allá de pequeños intercambios de palabras entre piloto y controlador o entre pilotos de una formación u otros pilotos del pasado del narrador. Eso quizá pueda resultar aburrido para según qué lector, si bien hay que reconocer que el autor, piloto de combate de las Fuerzas Aéreas de los Estados Unidos (y que también escribió la célebre novela Juan Salvador Gaviota), describe a la perfección todos los protocolos de vuelo desde la primera a la última página y consigue hacernos sentir dentro de su pequeña aeronave, viviendo su alegría de volar, sus temores ante dificultades en las alturas. 
Me cuesta verlo como una historia de espiritualidad, como sugiere en una esquinita la portada de la edición que he leído, aunque es verdad que durante la narración el protagonista queda reflejado muy desde el interior y permite que la lectura no sea solamente una curiosidad técnica sin mayor trascendencia.