Título original: Third Girl.
Recurro a las novelas de la célebre escritora cuando mi afán lector decrece, pues es casi automático que sus páginas me atrapen y me den la carrerilla que necesito. Escojo alguna novela cuyo desenlace haya olvidado, pues leí ya todas hace años, y le tocó a ésta.
Poirot recibe por sorpresa la visita de una muchacha que le anuncia, sin grandes explicaciones, quizá haya matado a alguien. La sorpresa del detective se traduce en unas primeras preguntas que ella, probablemente arrepentida, rehúsa responder y abandona el piso de Poirot. Desde ese momento, el detective y Ariadne Oliver -una escritora de novelas de misterio mediante la que Christie muestra sus pensamientos y personalidad- se interesan por el asunto y comienzan a conocer a familiares y amigos de la muchacha.
Francamente la novela me ha interesado bastante poco por diversos motivos. En primer lugar, el crimen ha sucedido ya cuando la novela comienza, lo cual anula un momento interesante o clímax para el lector. En segundo lugar, la narración se inclina más de lo habitual hacia la persecución, las idas y venidas, etc. cuando las novelas de esta autora suelen decantarse más por las entrevistas, acumulación de pruebas, pequeñas sorpresas que interesan al lector, etc. y en este caso va agrandando la sensación de que pasan las páginas y el supuesto crimen sigue tan en la sombra como medio libro atrás... Y finalmente, el desenlace me ha resultado medianamente predecible y me ha dejado la sensación de que para eso no era necesario una novela tan larga (trescientas páginas, cuando otras novelas de la autora apenas sobrepasan las doscientas).
En cualquier caso, para gustos los colores. Por experiencia sé que el sorprenderse en mayor o menos medida con el desenlace depende de lo que uno haya leído previamente en el género del misterio, así que puede resultar una lectura agradable y satisfactoria a otras personas.