El autor narra en el año 1993 algunas de sus sensaciones y experiencias al visitar Sarajevo en plena guerra, o asedio serbio. Su visión personal del duro día a día, en especial para los habitantes de la capital bosnia pero también para los propios informadores, viene bañada en una explicación general del momento y del increíble contexto europeo y mundial en que el conflicto se desarrolló.
Aparecen en las páginas otros personajes conocidos, como Gervasio Sánchez (que aporta fotos al libro) o Susan Sontag.
Resulta increíble que, por las diversas razones que se comentan o quizá por otras, Sarajevo fuese abandonada a su horrible destino sin que el resto del planeta pareciese darle demasiada importancia, a pesar de las escabrosas imágenes que ofrecían las televisiones (y que se ven confirmadas por algunos relatos que aporta aquí Goytisolo). Ello, por cierto, me ha hecho pensar en que ahora las televisiones, que no hay que olvidar que tienen dueños, ofrecen unas imágenes de las guerras que ya no nos estropean las comidas o las cenas, que solo son en blanco y negro, poco nítidas, cuatro explosiones en un terreno aparentemente desértico… como un videojuego. Y como se decía en un libro que leí hace poco, todo narrado a idea mediante frases pasivas, como si en lugar de estar asesinando gente, estas muertes ocurrieran de modo involuntario por azar del destino.
Sarajevo fue una barbarie más, con parecidos con la hitleriana, y este libro permite recordarlo.